viernes, 25 de diciembre de 2015

HACIA LA CULTURA DEL REGALO I


Quisiera describir y reflexionar sobre algunas preguntas sin respuesta, de cara al Taller de Economía Sagrada en enero próximo en Chile, y en torno a la nueva cultura del regalo.
Por un lado, la crisis financiera es endémica en nuestro sistema. Es inevitable, simplemente porque el crecimiento económico no puede seguir para siempre. Por tanto no es de sorprenderse que tanto personas como países enteros caigan en bancarrota. Esta es una buena razón para querer tener una vida menos dependiente del dinero. También lo es el hecho de que el dinero es emitido como deuda, y como tal al participar del uso del dinero uno sabe que está participando de la presión por transformar nuestro planeta y nuestro patrimonio en actividades comerciales.

¿Pero qué tan posible es evitar completamente la participación del sistema? Aunque fuese posible, una pregunta más importante es: ¿qué tan sano es poner todo el esfuerzo en evitar el sistema? ¿Qué nos hacemos a nosotros mismos al hacer eso? Me parece que rechazar el dinero o el sistema es estar en guerra, otra vez. Y por cierto ese trayecto no trae felicidad, ni tampoco es capaz de crear algo nuevo (como ya sabemos no es posible desmantelar el sistema usando las mismas herramientas del sistema).

Muchos de nosotros estamos queriendo participar lo menos posible de la máquina del dinero y del sistema que devora belleza. Muchos dejamos trabajos bien pagados, dejamos la seguridad, por seguir nuestro corazón. Aprendemos a vivir con menos, a confiar. El riesgo es que mientras más queremos evitar el despilfarro, mientras más intentamos reusar la ropa de nuestros niños por ejemplo, es como si programáramos nuestra mentalidad hacia la escasez, y por tanto esa es la realidad que generamos. Nuestros pensamientos, nuestra mentalidad, son un gran imán que atrae la manifestación de la realidad externa como un reflejo de la interna.

En pocas palabras, un arma de doble filo. La esencia del regalo de la vida es la abundancia y la generosidad. Yo he decidido confiar, aunque seguido tengo que renovar esa decisión (cada vez que me visita el escepticismo o el miedo). Nos damos cuenta que la verdadera riqueza es la libertad para dar. La gran ganancia que es adoptar una mentalidad generosa, abundante, porque así esa es la realidad que proyectamos y que creamos en nuestro entorno.

Pero tampoco nos tragamos fácilmente que “el dinero es solo una ‘energía’ que no tiene nada de malo” (¿acaso los miles de niños que pasan hambre en áfrica, por ejemplo, tienen una mentalidad de escasez causante de su miseria?). Sabemos que esa y otras instituciones tienen que cambiar por el bien de la vida. Por cierto no es posible encontrar una solución intelectual completa a este dilema. Sin duda, el espíritu de la vida está a cargo de este asunto, nosotros somos meros pasajeros y nuestra tarea es darnos cuenta lo que se nos va mostrando. La única solución posible es seguir el corazón, más allá de lo ya conocido, me digo a mi mismo queriendo tomarme esto bien en serio. Aquí no hay nadie que me pueda enseñar el camino.

Como facilitador del Taller de Economía Sagrada, ¿cómo lo hago yo? Sé que muchos que intentamos vivir desde la generosidad y la gratitud, nos topamos con el mismo problema: la herida de la escasez es profunda en la gente. Es tanto lo que duele, que apenas aparece oportunidad de ahorrar dinero, de recibir un servicio sin condición de pagar, todos a la vez creemos ser el que menos dinero tiene en todo el país. Hay gente que ha tomado mi taller de dos dias y me ha dado 5 dólares, por ejemplo, gente que vive ahorrando al máximo y aunque sean expertos en encontrar el pasaje más barato posible, de todos modos puedan pagar un pasaje y viajar.

Siento que en el largo plazo, el ejemplo de generosidad no se pierde, de alguna manera queda una semillita. Cuando uno da un regalo, siempre hay alguien o algo que lo recibe. Siempre está Pachamama cuidando de mi familia. Yo bien poco o nada he sabido el cómo. Así ha sido siempre, jamáz nos ha faltado nada. Aunque muchas veces hemos estado al borde de la bancarrota financiera, nuestra alegria para compartir y sentirnos ricos nunca ha dejado de crecer, de hacerse cada vez más solida (gracias a mi mujer Javiera por eso).

Sin embargo, existe un segundo problema. En nuestra cultura lo que no tiene un precio se valora menos, se tiende a tomar a la ligera. Por ejemplo, la gente llega puntual a algo por lo que pagó, pero si es gratis puede que a última hora ni siquiera llegue (aún cuando esté ocupando un lugar que podría quedar para otra persona). O bien, entra la mentalidad de “si este señor no cobra, pues quizas es solo un pasatiempo para él, o no necesita dinero, o seguramente lo que tiene para compartir no es tan valioso o más bien son cosas que yo ya sé”. Alguna persona podría llegar al taller sin estar dispuesto a poner todo su corazón, en cuyo caso no hay posibilidad de que algo valioso realmente le pase. Lo que es peor todavía, es llegar al Taller con una actitud de “yo también tengo cosas que enseñar, aquí que hay una audiencia, voy a aprovechar de demostrar lo que sé”. Ese tipo de actitudes son una carga para los demás, los que verdareamente estamos dispuestos a enfrentar nuestras resistencias, miedos, incomodidades, ideas fijas, etc. con tal de recuperar nuestra Libertad.

Entonces, cuando pienso en esas cosas, me pregunto si debería yo cobrar por el Taller de Economía Sagrada. La sabiduría del regalo incluye que uno al regalar algo debe cuidar que el regalo sea bien recibido, es una manera de honrarse a uno mismo, al regalo y a la fuente misma del regalo. En aquel lugar donde el regalo no será bien recibido, mejor no entregarlo… Pero no me puedo tragar una visión del futuro que no contemple un cambio en nuestra cultura hacia el regalo. No puedo no seguir mi corazón. No tengo la respuesta a esta pregunta, sé que esto es algo que lo hacemos entre todos, que ahí está nuestra fortaleza.

Después de toda esta reflexión, mi decisión personal es avanzar hacia el regalo, abrir la compasión hacia quienes les atormente la escasez. Solo les pido que si quieren recibir lo que tengo para compartirles, que lo reciban con todo el respeto, con toda la dignidad, con toda la apertura. Pienso que leer este texto sirve para esto. ¡Vamos a hacer un trabajo hermoso y sorpresivo para todos/as en el taller!

sábado, 19 de diciembre de 2015

¿CUÁNDO DETENDREMOS LA DESTRUCCIÓN DE LA NATURALEZA?


¿Qué tan fácil es hoy en día caminar al atardecer por una playa, y estar con el mar, con la brisa, con la arena y el sonido de las olas, libre de comercio, de urbanización, de turismo y de basura? ¿Qué tan fácil lo era hace 30 años? ¿Qué tan fácil lo será en 10 años más?

¿Qué tan fácil es hoy en día caminar por la montaña con mis hijos, encontrar una vertiente de agua cristalina, tan transparante que las piedras bajo ella se ven maravillosamente nítidas, y darles de beber esa agua fresca a mis niños? ¿Qué tan fácil lo era hace 30 años? ¿Qué tan fácil lo será en 10 años más?

¿Qué oportunidad de sobrevivencia tiene una especie como el Jaguar, cuando su hábitat es destruído y transformado al uso agro-industrial a gran velocidad? No son sólo grandes empresarios los que buscan el desarrollo económico, también la gente más pobre busca legítimamente salir adelante en lo económico, por ejemplo talando una hectárea de selva más para destinarla a la ganadería. Esa presión económica por progresar (para algunos), o por subsistir (para otros), ¿qué tan intensa era hace 30 años? ¿Qué tan intensa será en 10 años más?

Evidentemente, la presión por transformar lo poco que queda en actividades comerciales va en aumento exponencial. ¿Creen que se dentendrá con mejores leyes? ¿Con mejores políticos y empresarios? ¿Con mejores tecnologías?

El razonamiento intelectual serio, honesto y bien intencionado puede conducir a decisiones y acciones que son destructivas. Ser riguroso, tener integridad ética y buenas intenciones no garantiza un uso saludable de la mente humana.

Aún con la mejor de las intenciones y con una preocupación honesta por el bienestar de toda la vida, es posible razonar y concluir que es aceptable destruir un poco más la naturaleza con tal de promover el desarrollo económico.
 
El pensamiento convencional es que el progreso económico es lo que va a resolver nuestros problemas económicos. Es difícil encontrar en el "mainstream" (el mundo convencional) alguien que cuestione que el crecimiento económico sea deseable, y que usar la naturaleza con este fin es razonable. Nunca he escuchado a un candidato político hacerlo, por ejemplo.

Quizás muchos de mis lectores aquí quisieran que con la fuerza de la razón convenzamos de su error a quienes piensan así. El problema es que esto no es posible: ¡¡ellos tienen toda la razón!! No es falta de inteligencia lo que les hace pensar así, ni tampoco, en el fondo, es el problema una falta de honestidad o de ética. Posiblemente, muchos lectores se molestarán al leer esto, seguramente algunos pensarán que es inaceptable que yo diga esto. Tan acostumbrados estamos a la narrativa de "los buenos contra los malos". Tan dura e intolerable nuestra realidad actual, el curso autodestructivo de nuestra civilización, que nuestra muy legítima respuesta es la indignación.

La narrativa de "ellos", los ambiciosos, los políticos corruptos, la élite que abusa de nosotros, todo eso, está trillada. Sencillamente ya no es útil, aunque sea cierta. "¡SUPERAMIGOS, A LUCHAR POR LA JUSTICIA!", decían esos dibujos animados que yo veía cuando niño (en realidad está plagado de películas con la misma narrativa, un claro reflejo de nuestro interior). No hace mucho me dí cuenta lo absurdo, y toda la energía que yo desperdiciaba "luchando por la justicia", y lo poco y nada que lograba. Allí, en ese darse cuenta, empieza a aparecer otra inteligencia, otra justicia, que no es la que uno espera.

Yo ofrezco una invitación a cambiar de narrativa. La narrativa de la Separación, donde unos somos “buenos” y otros son los “malos”, es precisamente la narrativa de la cultura actual, donde desde niño uno es premiado por portarse “bien” y castigado por portarse “mal”. Por mucho que la intención sea cambiar el sistema, si lo hacemos desde su misma narrativa, no hacemos más que fortalecer el status quo, fortalecer la narrativa actual.

Si organizamos una protesta donde nuestro discurso es en contra de una gran empresa y el gobierno que la apoya, pues evidentemente aquellos otros son invitados a participar en el evento como adversarios. Eso harán, serán adversarios, los policías reprimirán, y la empresa fortalecerá su discurso a su favor, en lugar de revisarlo. Si bien es cierto que algunas hermosas batallas se han ganado por la vía de la solidaridad del pueblo unido, el estado actual de las cosas habla por si solo: abundan las batallas donde nadie en realidad gana, todos pierden y lo que es peor el status quo no solo se mantiene sino que se intensifica. (A propósito, ¿puede acaso existir una batalla donde alguien pierda y alguien realmente gane?). ¿Qué pasaría si el activismo hiciera una invitación diferente, nacida desde el reconocer que todos son parte de nuestro ser, que nadie está en realidad separado?

Usando exclusivamente inteligencia masculina, por cierto que es muy posible argumentar con seriedad y honestidad que un poco más de destrucción de la naturaleza es deseable con tal de promover el progreso económico. Conozco economistas que piensan así, son serios y buenas personas, preocupados por el medio ambiente, preocupados por las futuras generaciones, por la pobreza, por la desigualdad. Gente como ellos están cansados que los acusen ignorantemente de falta de inteligencia o de falta de ética. "No se puede desmantelar el sistema usando las mismas herramientas del sistema", no se puede desmantelar el sistema económico actual usando como medio la fuerza de la razón.

Los invito a considerar como ejemplo el caso hipotético de un proyecto de central hidroeléctrica, que se planea construir en un río ubicado en un bosque nativo virgen. De manera de demostrar el punto de mi argumento, supongamos que todos los actores en este ejemplo son honestos y bien intencionados, y que se usa exclusivamente la inteligencia lógica masculina para argumentar y tomar decisiones.

Los activistas ambientalistas quieren detener el proyecto. Para defender su postura, presentan argumentos racionales apoyados por evidencia científica. Aquellos que proponen el proyecto hacen lo mismo, usan argumentos racionales y ciencia para basar su postura. (En el post LA RAZÓN HUMANA argumenté que el intelecto puede usarse seriamente para defender cualquier postura que uno se proponga). El argumento esencial entre los proponentes del proyecto es que "nuestras ciudades están creciendo y la población necesita electricidad; tenemos que producirla de una u otra manera. Este proyecto produciría una gran cantidad de electricidad para una gran población, al más bajo costo entre todas las alternativas, con un impacto ambiental relativamente limitado".

Los activistas ambientales disputan que los costos ambientales del proyecto son en realidad altos. Argumentan que un ecosistema único será destruido y que una serie de especies serán afectadas por la pérdida de hábitat.

Una autoridad de gobierno debe tomar una decisión imparcial, comparando las ventajas con las desventajas, buscando el mayor beneficio posible para toda la sociedad. Finalmente el proyecto es aprobado bajo algunas observaciones en su diseño, específicamente digamos que una cierta porción del bosque deberá ser preservado. En pocas palabras, una solución del tipo “punto medio”, típica de la inteligencia lógica lineal, donde se contrapesa (en inglés se dice “trade-off”) un argumento con el otro en una misma balanza. Lo que pierdes por un lado lo compensas con la mayor ganancia por el otro lado.

Estoy hablando de un proceso completamente idealizado, con el importantísimo fin de lograr hacerme entender. ¿Se supone que debiéramos estar satisfechos con este resultado final? ¡Yo digo que no! Y aquí no hizo falta inteligencia lógica, ni hubo corrupción, ni el motivo era la ambición, ¿se dan cuenta lo que estoy diciendo? No vamos a detener este sistema usando las mismas herramientas del sistema, no vamos a detener la destrucción de la naturaleza por mucho que venzamos en “la guerra contra los malos” y nos deshagamos de la corrupción, de la deshonestidad, de la ambición, de la torpeza.

Este resultado final implica que un volumen de destrucción de la naturaleza es aceptable en la medida en que los beneficios para la población sean suficientemente grandes. ¿Pero cuántos bosques nativos tenemos todavía disponibles para seguir destruyendo? Si la destrucción de la naturaleza no se detiene ahora, ¿cuándo se detendrá? Te das cuenta que éste no es un tema de números ni de argumentos lógicos, es un tema de un sentimiento del corazón.

Por supuesto alguien podría insistir que existen otras fuentes de energía que deberíamos desarrollar. Sin embargo, el punto es darse cuenta que éste argumento puede ser tan razonable como el argumento que apoya la realización del proyecto. En efecto, todas las formas conocidas de producir electricidad son costosas, tanto ambiental como financieramente. Por tanto siempre es posible aún con buenas intenciones y tomándose este asunto muy seriamente concluir que una medida más de destrucción es aceptable.  En consecuencia, esta discusión nunca podría lograr una solución completa y de largo plazo. Esta es la limitación del pensamiento lineal, separado.

¿Cuándo detendremos la destrucción? El razonamiento lógico puede por siempre aceptar destruir un bosque más mientras los beneficios esperados para la sociedad sean lo suficientemente altos. No estoy hablando de un uso deshonesto de este argumento, es el uso honesto de este argumento el que me interesa. Aún cuando los beneficiados fuesen una gran población de gente de estrato social bajo, con una gran necesidad, ¿es aceptable entonces la destrucción de la naturaleza? La respuesta que resulta del uso exclusivo de la inteligencia masculina puede ser sí, aún cuando sea un uso ético. Entonces ¿por qué desperdiciar energía usando inteligencia lineal masculina para detener la destrucción? No es la razón la que nos hace sentir que la destrucción debe detenerse ya. 

En el centro del espíritu de cualquier ser humano existe una profunda capacidad de compasión, que permite a la gente simplemente sentir la realidad y la magnitud de la destrucción. La gente que está desconectada del centro de su espíritu no puede acceder esta capacidad. Ellos pueden observar, analizar y evaluar los hechos lo mejor que pueden, pero no sabrán a qué grado la naturaleza ya ha sido destruida.

El espíritu de un ser humano puede fácilmente distinguir entre aquello que conduce a la destrucción y aquello que conduce a la vida y a la creación. Estas dos cosas no pueden compensarse la una con la otra. Por ejemplo, no se puede “mitigar” la destrucción de la selva amazónica plantando un bosque en otro lugar.

Es tiempo de hablar la simple verdad del corazón. Siendo yo mismo un científico, me pregunto ¿por qué tendría que desperdiciar energía en razonamientos hasta el agotamiento para decir “ amo la vida”, para decir “yo no acepto más destrucción”? ¿Por qué tendría que demostrar científicamente algo que en el corazón es absolutamente obvio? No podemos seguir destruyendo el planeta, punto. 

La economía sagrada es la visión de una utopía, de un sueño. No la podemos controlar. Describirla en un modelo es como tratar de meter lo divino dentro de una caja. Los más grandes crecimientos en mi vida personal, las más grandes libertades que se me han abierto, han nacido de confiar en la vida. Yo creo que el único modelo es expandir el Ser, transformar la concepción del ser separado a la del ser que tiene a todos y al todo dentro suyo, y que todo lo que es capaz de crear es reflejo de su interior.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

LA RAZÓN HUMANA


El intelecto humano trabaja con dos atributos muy saludables. Uno es la curiosidad, nuestra atracción innata hacia lo desconocido. El otro es el escepticismo, nuestra atracción natural hacia la certeza. Ciertamente, al estar el intelecto enamorado de la certeza, cuando nos dedicamos a razonar nuestro intelecto nos pide ser rigurosos, claros, auténticos. Es por esto que un científico apasionado tiene un compromiso serio con la verdad. Yo pienso que una de las más grandes virtudes en un científico es la honestidad de preguntarse repetidamente qué es verdaderamente lo que él entiende, y qué no.
Me maravilla ver cómo a veces la ciencia puede ser tan bella, tan elegante y sofisticada, cuando nace desde este lugar dentro del ser humano que está profundamente enamorado de lo desconocido y de la certeza. No hay nada de malo en la ciencia o en la mente humana. Sin embargo, sí hay algo severamente enfermo en el poner toda nuestra confianza en el intelecto humano. Esto equivale a un empequeñecimiento del Ser Humano.
En primer lugar, la ciencia tiene debilidades. El conocimiento intelectual y la ciencia en general se sostienen con muchos supuestos e interpretaciones debatibles. Si uno se pone a investigar en profundidad, se puede ver que en la mayoría de los argumentos de la ciencia económica, por ejemplo, existe una zona gris, sujeta a ambigüedad.
Son creencias debatibles, más que hechos científicos, los que sustentan la base intelectual de la organización de nuestra sociedad. El buscador riguroso de la verdad está consciente de que, sin excepción, el razonamiento científico siempre contiene una disposición, una voluntad, a creer en algo.
¿Por qué es así? Primeramente, el razonamiento lógico sólo puede ser aplicado a una parte separada de la realidad a la vez, pero nunca al Todo. De manera de investigar cualquier objeto, la ciencia supone explicita o implicitamente una serie de creencias respecto de todo lo demás, a lo cual el objeto está sin lugar a dudas relacionado.
De hecho, lo desconocido siempre forma parte del razonar, querámoslo o no. En la ciencia convencional, existe la convicción de que lo desconocido puede hacerse a un lado, de modo que el razonamiento intelectual puede sostenerse por sí mismo. Pero en verdad lo conocido y lo desconocido siempre están danzando juntos. No pueden ser separados. Es más, el misterio de la vida es tal que, tan pronto como nos damos cuenta de algo que antes no sabíamos, simultáneamente reconocemos que lo desconocido es más inmenso de lo que pensábamos. Lo desconocido es como un gigantesco y salvaje océano flotando en el universo que nunca podría ser conquistado por nuestro entendimiento.
El razonar es intrínsicamente imperfecto e ineludiblemente incompleto porque es lineal, y el universo no lo es. La ciencia o la razón pueden usarse para defender cualquier verdad que uno desee. No intento ser despectivo al decir "cualquier verdad". Lo que quiero decir es que realmente es posible usar la ciencia o la razón con seriedad, con honestidad, con sofisticación para defender cualquier postura. Por eso que las discusiones desde la razón rara vez logran cambiar de postura a sus participantes. ¡Un uso serio y ético de la razón no garantiza un uso saludable!
Sin importar que tan brillante o bien intencionado, el entendimiento intelectual siempre reduce la Verdad. Estar consciente de esto hace que el razonar sea una experiencia más hermosa y menos pretenciosa. La verdad completa no puede ser alcanzada exclusivamente con la razón. La verdad completa solo puede experimentarse con la mente del espíritu. En la mente del espíritu, la comprensión es sin lenguaje y completa.


Abrir la mente humana a una más alta fuente de sabiduría, manteniendo el rigor y la seriedad para buscar la verdad, permite un entendimiento de las capacidades y límites de la mente humana. Para este fin, es útil considerar dos formas de inteligencia, masculina y femenina -ambas presentes tanto en hombres como mujeres.
Es difícil definir las diferentes formas de inteligencia: masculina, femenina y la inteligencia en la mente del espíritu. Al definirlas -una tendencia típica de la inteligencia masculina en sí misma-, el riesgo es separarlas en objetos diferentes y ponerlas en cajas rígidas. En realidad, éstas no son absolutamente separables y más bien se supone que trabajen juntas. Yo espero que el lector pueda darse cuenta, en un lugar dentro de su mente que está más allá de la razón lógica, del significado de estas formas de inteligencia.
La inteligencia masculina se refiera al uso lógico, analítico y lineal de nuestra mente. La inteligencia femenina se refiere al uso misterioso, intuitivo y circular de nuestra mente. Más allá de la mente humana existe una mente más elevada (¡pero dentro nuestro!) que puede ser llamada la mente del espíritu, cuya inteligencia no tiene límites y no requiere del uso de palabras. Cualquier ser humano tiene la oportunidad de acceder a la mente del espíritu en ciertas ocasiones. 
Un uso saludable de la mente humana requiere saber las virtudes y limitaciones de las diferentes formas de inteligencia. Sin embargo estas virtudes y limitaciones son ampliamente ignoradas en nuestra sociedad. En consecuencia existe un desequilibrio en el uso de la mente humana, con un sesgo avasallador hacia la inteligencia lógica masculina.
La inteligencia masculina tiende a separar las partes del todo. Aún cuando esta manera de entendimiento puede ser útil en muchas ocasiones, el todo es más que la suma de las partes. En otras palabras, cuando el entendimiento se hace lineal, lo esencial puede perderse. A veces es más sabio mirar al "todo en su totalidad". La capacidad para hacer esto es femenina.

El poder del razonar se expande cuando las inteligencias masculina y femenina se usan en equilibrio. Estamos más cerca de la verdad cuando lo desconocido es reconocido como tal, e integrado en el proceso de razonamiento. Integrar a lo desconocido en realidad quiere decir integrar a lo sagrado. En lugar de ser un individuo aislado refleccionando sobre la "otredad", ser quizás una neurona conectada a los millones de neuronas de la mente del universo.

INTRODUCCIÓN A ECONOMÍA SAGRADA


Para hablar de una economía sana primeramente es necesario aclarar de qué está enferma nuestra economía actual. No está enferma de capitalismo, ni de materialismo, ni de desigualdad, ni de egoísmo, ni de ambición. Todos estos son dolorosos, terribles síntomas de una enfermedad más profunda: está enferma de Separación. En realidad toda nuestra cultura esta enferma de Separación. Mientras confundimos al síntoma con la verdadera enfermedad nuestros intentos por sanarla fallan tal como falla la medicina convencional enfocada en aminorar síntomas.


No se puede desmantelar el sistema usando para ello las mismas herramientas del sistema. No se puede construir la paz usando como medio la guerra. No se puede construir solidaridad, usando como medio el acusar la falta de solidaridad en los demás. ¿Entonces en qué consiste esta Separación?
Más que una falla ética o un defecto de nuestra civilización, la Separación es una historia, una narrativa, incluso un arreglo organizacional de nuestras neuronas, que implica que percibimos y concebimos el todo a través de los lentes de la separación, es decir, separado. Según ello, la materia y el espíritu están separados, lo doméstico y lo salvaje están separados, la ciudad y la naturaleza están separadas, y una larga lista de etcéteras.

Fundamentalmente, la concepción del yo es la de un ser separado de todos los otros seres y separado del universo. Si todo lo que me rodea es “otredad”, obviamente que mientras más tu tengas menos queda para mí. Por tanto quizás quiera asegurarme que tu no te lleves mi parte. Si pensamos que hay escasez, tu y yo tendremos que competir, por mucho que no nos guste el capitalismo, y alguno de nosotros no alcanzará a satisfacer sus necesidades.

Crucialmente, nuestra inteligencia, nuestra racionalidad ha evolucionado por milenios a través de la Separación. Por ejemplo, cuando queremos entender la fisiología de un animal, disectamos (nótese la palabra disectar) el cadáver del animal, y observamos parte por parte. Cuando queremos entender un alimento, desplegamos la lista de los ingredientes; quizás para completar la información podemos incluir la receta exacta de su preparación: una lista de objetos separados, en este caso una lista de ingredientes y procedimientos. Sin embargo, la sopa que te preparaba tu abuelita cuándo niño, ¿es realmente replicable a través únicamente de una receta con una lista de ingredientes y procedimientos?
La inteligencia basada en la Separación es la inteligencia lógica, lineal, y corresponde a la inteligencia masculina (presente tanto en hombres como mujeres). Por supuesto que no tiene nada de malo en si misma. Tiene su manera sana de utilizarse; la clave está en no ignorar que existen aspectos esenciales del todo que se pierden cuando lo observamos por separado. El problema es que hoy en día se considera como la única forma de inteligencia válida. Es decir, existe un desequilibrio en el uso de nuestra inteligencia humana. La inteligencia femenina, en contraste, es circular, se trata de observar el todo tal cual es. La ciencia, por ejemplo, está especialmente centrada en la inteligencia masculina. No existe espacio para la inteligencia femenina en la ciencia. Suficiente es notar que el método científico convencional tiene como supuesto fundamental que el observador (el científico) y el objeto bajo observación están separados. Es decir que existe una realidad objetiva allá afuera (separada del observador) que uno puede, con las herramientas adecuadas, observar imparcialmente. (Ver post La Razón Humana).

El sistema económico actual es una expresión exclusiva de inteligencia masculina, de hecho una expresión inmensamente sofisticada de este tipo de inteligencia. No es nada de tonto como muchos acusan, en la desesperación de ver sus devastadoras consecuencias. Siendo la economía y el dinero la prioridad número uno de nuestra civilización, las mentes más brillantes han estado dedicadas a resolver sus interrogantes, pero siempre bajo el prisma de la separación y el uso exclusivo de la lógica lineal. Como dije antes (y repetiré muchísimas veces pues esto es el meollo del asunto), no se puede desmantelar el sistema usando las herramientas del mismo sistema. 

No se puede cambiar nuestro nefasto sistema económico, claramente dirigido hacia la autodestrucción, usando únicamente inteligencia lógica, lineal, masculina. Al intentar hacer eso lo único que uno podría lograr es recrear esencialmente lo mismo, en el mejor de los casos “un poquito mejor”. Los problemas que enfrentamos hoy en día como humanidad no se solucionan con un sistema “un poquito mejor”. (Ver post "¿Cuando Detendremos la Destrucción de la Naturaleza?")

Por eso que no existe una solución política, no es un tema de izquierda versus derecha. No es un tema de “acabar con todos los políticos corruptos y entonces sí lograremos una vida armoniosa”. Ésta es una convicción absurda muy profundamente enraizada en nuestra cultura: tenemos que tener éxito en la batalla contra la "otredad". Es lo mismo que en la agricultura: “cuando acabemos con todas las malezas, con todas las pestes, cuando dominemos a todas las fuerzas de la naturaleza, entonces sí lograremos alimentar a toda la población”. En la medicina: “cuando tengamos todas las vacunas, cuando exterminemos a todos los gérmenes, entonces si tendremos salud”. “Cuando acabemos con todos los terroristas, con todos los dictadores, entonces tendremos paz”. ¿Te das cuenta? Eso nunca va a ocurrir. Esa mentalidad es propia de la concepción del Ser Separado. Por lo demás, incluso si mágicamente llegara el día en que todos los empresarios fueran solidarios, honestos, respetuosos del ambiente, ¡escúchame bien!, incluso si llegara ese día ¡nuestro desastre económico y planetario no se acabaría! 

Por eso que necesitamos hablar de Economía Sagrada. Una economía que no se construye con las herramientas de la narrativa de la Separación. No se construye con Control, no se construye con Lógica lineal (aunque también es absolutamente lógica), no se construye conquistando o dominando las fuerzas que se opongan. Se construye incluyendo. Se construye expandiendo el ser, recordando nuestra verdadera naturaleza.
 
Crecimiento y Deuda en Sistema Económico Actual

Permítanme explicarles brevemente, introductoriamente, la naturaleza de nuestro sistema económico actual. Cada vez que un banco central imprime dinero, lo imprime como deuda, es decir, al término del período debe regresar aumentado por la tasa de interés. Todo el dinero existente, en este y en cualquier momento, está sujeto a pagar interés. No existe moneda oficial que escape a esta realidad.

El crecimiento económico es el aumento de la actividad económica monetaria, medida a través del PGB (producto geográfico bruto: el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos en un período). En pocas palabras, la única manera en que el dinero existente pueda pagar su tasa de interés, es imprimiendo más dinero, que a su vez también es emitido como deuda. La única manera en que este proceso pueda subsistir en el tiempo es que la tasa de crecimiento económico sea igual o superior a la tasa de interés. Si no hay suficiente crecimiento económico, significa que la deuda no puede pagarse en su totalidad, lo cual implica que alguien tiene que caer en bancarrota, ya sean individuos, instituciones o países enteros. (Ver el Post Entender El Dinero - Historia de Una Aldea para una explicación precisa y sencilla de nuestra institución del dinero).

¿Por qué las crisis financieras son tan comunes hoy en día? Porque cada vez cuesta más trabajo encontrar algún recurso o alguna actividad humana que pueda transformarse en actividad monetaria. Un bosque intacto no aparece en el PGB, no es actividad económica que ayude a solventar la deuda; si lo exploto, ahora sí. Cualquier actividad humana, por ejemplo el cuidado de los niños, mientras esté en el ámbito de la gratuidad, o de la reciprocidad, no aparece en el PGB, pero si se transforma en una actividad monetaria, ahora sí: ayuda a pagar la deuda y a que el país crezca. 
El crecimiento económico es en realidad la transformación de nuestro patrimonio natural, cultural, social y espiritual en actividades comerciales monetarias. Cuando ya la mayor parte de nuestro patrimonio ha sido traspasado al ámbito comercial, cada vez es más difícil, más costoso y más doloroso transformar en dinero aquello que no debiera pertenecerle a nadie, y que a la vez nos pertenece a todos. Por eso que la crisis financiera coexiste con la crisis ambiental y la crisis del alma humana.

¿Cuánto más puede aguantar una economía con deuda creciendo exponencialmente y con una actividad económica virtualmente estancada? ¿Cuánto más puede aguantar la naturaleza la creciente presión por agotar lo poquito que queda? ¿Cuánto más puede soportar el corazón de cada uno de nosotros, la destrucción de la belleza y la creciente fealdad, la alienación, el verse obligado a “ganarse la vida” sacrificando los sueños? Sin duda, que no mucho más. (Ver post "En el Rinoceronte, Todo").
Sea de derecha o de izquierda el gobierno de turno, sea un país grande y rico o uno pequeño y pobre, ninguno escapa a la necesidad de crecer económicamente. A medida que la presión de la deuda sigue subiendo, los más pequeños (personas, instituciones, empresas, países) caen en bancarrota y los más grandes los absorben, de una u otra manera. (Es por esto que la desigualdad es endémica en el sistema). Pero evidentemente esto no puede seguir así, ni siquiera para los más aventajados. 

Economía Sagrada


Economía es en su esencia el cuidado de nuestra casa, la TIERRA (‘Eco’ quiere decir ‘casa’). Por eso que en realidad todos somos un poco economistas: a todos nos importa el cuidado de nuestra casa, a todos nos interesa también de qué manera satisfacemos nuestras necesidades y de que manera expresamos nuestros talentos y nuestros regalos que tenemos para entregar.

Entendemos como sagrado aquello que tiene dos atributos esenciales:
(1) único, y por tanto irreemplazable y de infinito valor
(2) conectado y relacionado (no aislado)

Por ejemplo un huevo industrial comprado en un supermercado no tiene absolutamente nada de irremplazable (está rodeado de miles de huevos idénticos); y a la vez es totalmente anónimo, no tiene ninguna conexión con la tierra de donde proviene ni con las personas que trabajaron hasta que llegara al supermercado, al menos a simple vista no tiene ninguna historia especial que contar. Un huevo de campo, en cambio, que digamos me lo regaló un vecino, es claramente todo lo contrario. Tiene otro valor en todo sentido.

Una Economía Sagrada cuida de nuestra casa, la Tierra, de manera tal que la presencia de lo sagrado en todo lo que hacemos sea acrecentada, en lugar de suprimida —en particular, en la manera en como satisfacemos nuestras necesidades, así como la manera en que expresamos nuestros talentos individuales.
El dinero tiende a hacer justo lo contrario: 
(1) homogeniza porque casi todo puede traducirse en un precio.
(2) desconecta, despersonaliza, porque mientras yo pague no importa quién me lo venda ni qué historia tenga.

La naturaleza esencial de la vida es el regalo. En el origen de la vida misma estaba el Regalo. Nuestra vida comenzó como un regalo, la existencia del planeta es un regalo, el calor y la luz del Sol son un regalo, el agua es un regalo, los limones son un regalo del árbol de limones. Nuestra naturaleza más esencial, el momento en que más feliz nos sentimos y cuando más poderosos somos es cuando estamos sintiendo con nuestras entrañas y todo nuestro ser la Gratitud de estar vivos. De esta gratitud nace el deseo inevitable, inquebrantable, de querer hacer lo más hermoso posible para la vida, de entregar nuestro más hermoso regalo a cambio de lo que hemos recibido.

Si esta es la naturaleza esencial de la vida, no existe ninguna razón por la cual todas nuestras necesidades humanas puedan satisfacerse, y todos nuestros talentos expresarse, con el espíritu del regalo. La Economía Sagrada es la Economía del Regalo.

Una transacción monetaria es cerrada: al intercambiar el objeto y su precio, la relación termina. Un transacción de regalo es abierta: al generar gratitud, la relación comienza o se nutre. Como un regalo siempre lleva una parte sutil de la persona que lo regala, el objeto no es fácilmente reemplazable. Ciertamente, el regalar construye comunidad, integración, unión entre las personas. (Ver post "Hacia la Cultura del Regalo").

Una antigua compañera en mi vida es la angustia frente a la posibilidad de la escasez, el miedo a quedarme sin. Me contento con observarla como un patrón que no es mi esencia, que no es lo que sé en mi corazón. Pienso que muchos la compartimos. Así como compartimos el dolor de la destrucción de la naturaleza, o la angustia de millones y millones de personas en el mundo de tener que hacer algo que no aman para “ganarse la vida” (y ver que cada vez menos alcanza).

En el corazón está la confianza en que la vida ya es un regalo, que no hay necesidad de “ganársela”. “¿Me doy cuenta?” ¡me digo a mi mismo! Esa escasez, esa supuesta necesidad de dinero, ¿qué tan real es?. En el corazón está la generosidad, el entusiasmo y la inspiración de hacer lo que sea con tal de servir a la belleza de la vida. Frente al hecho ineludible que el sistema financiero va a colapsar si o si, no hay necesidad de ser ninguna clase de héroe ni de loco para confiar en la vida, para pararse en una vereda que realmente conduce a los sueños hermosos de nuestro corazón.
Todas las tradiciones de sabiduría expresan el mismo conocimiento acerca de la esencia de la vida: todo está conectado, todos somos uno, todo está relacionado, todos somos familia. No es un principio moral o un estándar de mérito superior, ¡es una realidad del tejido de la vida! Si tu eres parte de mi ser, entonces al tu recibir más yo también recibo más. No tengo cómo perder. (Ver post "Respecto de la 'Flor de la Abundancia'").

Economía Sagrada es recordar que uno vino a esta vida con un propósito sagrado, único, especial. Mientras uno no entrega su más elevado regalo a la vida, uno se siente que está viviendo cualquier vida menos la propia.

BIENVENID@S A ECONOMIA SAGRADA

Este espacio tiene como propósito compartir reflexiones en torno a la Economía de una Nueva Historia, donde las nociones y distinciones de lo conocido y lo desconocido son derrumbadas y asistimos al nacimiento de una nueva narrativa.


 
Mi nombre es Felipe Mardones, economista PhD Universidad de Chicago, y escribo basado en mi propia experiencia, desde el sentimiento de mi propio ser. Lo que escribo es a la vez inmensamente inspirado por el maravilloso trabajo de Charles Eisenstein (www.sacred-economics.com, http://charleseisenstein.net/), quien le dió vida, le dió lenguaje a una visión que no es fácil de expresar.
Los invito también a participar del grupo facebook ECONOMÍA SAGRADA https://www.facebook.com/groups/1481998272106755/
Gracias por todo el apoyo recibido para realizar este sueño, poder expresar la pasión de mi alma y a la vez ayudar a que estas ideas y esta visión lleguen a Latinoamérica y a todos quienes hablan español.