Organizando en estos dias el primer taller online de integración de telares, me encuentro con un comentario y con un tema sumamente interesante. Al poner la invitación en facebook, decidí esta vez el esquema más simple de aportaciones-reciprocidad que he logrado vislumbrar. Siempre el misterioso tema del dinero, cómo nos relacionamos con ese tema de una manera bella, honesta, sin esconder segundas intenciones, etc. Todo un temazo.
Lo describo. En primer lugar, puse un valor de Inscripción de US$30, que no representa el valor del taller. Al finalizar el taller, cada participante decide en libertad, de acuerdo a su sentimiento de gratitud, su generosidad y sus posibilidades, su aportación para mi persona. (Además, los que se inscriben con anticipación pagan US$20 en lugar de 30, para facilitar la organización).
Resulta que al anunciar el taller en facebook, una
persona me hizo el siguiente comentario, que valoro y respeto muchísimo
porque me ha dado esta oportunidad de compartir todas estas reflexiones:
"Pequeña
paradoja, obviamente debe ser interesantisimo el taller . pero he
aquí mi duda : No es profano el utilizar el dinero como entrada no
deberíamos confiar en lo sagrado como verdadera energía y no lo laico
del dinero no es confundirlo como la energía de cambio dado que sin
dudas hizo desastres a lo natural, me suena o roza al diezmo que
necesitan las iglesias para sobrevivir , me interesa ver mi
contradicción en esto. Con sumo respeto y esperando comprender acerco de
esta manera mi parecer ...."
En primer lugar, debo decir que tengo bastante experiencia ofreciendo mi trabajo incondicionalmente, sin ningún cobro. Y eso, en nuestra cultura actual, significa cosas maravillosas y otras que no tanto.
Es un grito apasionado de mi alma decir lo siguiente: el dinero NO ES SOLAMENTE una energía de intercambio (Por favor leer El Hermoso Laberinto de la Abundancia para comprender este punto), sino que existe una responsabilidad profunda de cambiar la institución del dinero a través de cambios profundos en nuestra Gran Institución Neuro-cultural insconsciente de Separación y de Control. Sin embargo, ¡eso no significa que el dinero es "malo"! Separar el mundo en lo bueno y lo malo es la más profunda raiz de la Gran Institución Neuro-cultural de Separación. ¿Te das cuenta? Siempre estamos buscando separar entre lo bueno y lo malo! Si crees que el dinero es malo, adivina qué, ¡se aleja de ti! Por eso que el llamado es a amar todo, a aceptar todo tal y como es para que pueda cambiar. El mundo nuevo, la nueva historia, la cultura nueva que está naciendo no nace separada de la actual, nace completamente ligada, entrelazada promiscuamente a la actual, ligada a la basura tóxica, al ego desmedido, a los deshechos nucleares, a la caca de cerdo industrial, al abuso, a la guerra... Todo eso que llamamos "malo", son la placenta del nuevo mundo que está pariendo Pachamama. Nada es malo. Todo es bueno. Existen miles de regalos escondidos en la mugre, en la tormenta, en el colapso:
Este sistema de aportaciones para el taller es de lo más simple que he podido vislumbrar, dada mi experiencia. Y es mucho más complicado que cobrar un precio común y corriente como hace la mayoría de la gente en nuestra sociedad actual. Es interesante observar que a la gente le acomoda esa simpleza: dime cuánto cobras y yo decido fácilmente si quiero ir o no. Si me dices que es a voluntad, me pones en aprietos. Tengo que decidir cuánto poner. Me puede dar VERGUENZA si tengo poco dinero. O me puede dar todo tipo de CULPAS. Culpa por tener/poner mucho dinero, culpa por tener/poner poco, y todas las combinaciones. En pocas palabras: mi decisión de cuánto aportar va a exponer ciertos detalles de mi persona. O voy a tener DUDA de si lo hago bien o no. Si quedo bien parado. Por esas razones, muchas personas deciden no ir porque no están listas para visitar esos lugares de su ser.
Esto es así: la cultura del regalo ES más compleja que la cultura actual donde todo se monetiza. Es más compleja justamente porque involucra el corazón, porque nos vincula, porque no se puede separar de todos los traumas del ser humano. A mi también me gusta la simpleza, y también me gusta guardar detalles de mi intimidad. ¿Quién me acompaña a confiar en la vida, a hacernos vulnerables, a abrir el corazon?
US$30 es un valor que representa una declaración de compromiso con el taller. Como he argumentado en el post Hacia La Cultura del Regalo I, la cultura del regalo es terreno desconocido que estamos abriendo con nuestros pasos hacia el misterio. Entonces algo que sabemos que ocurre es que en nuestra cultura actual cuando algo se ofrece como regalo incondicional la gente tiende a tomarlo menos en serio. Tienden a valorarlo menos. Llegan tarde. O toman una actitud pasiva durante el taller, cuando el acto de BIEN-RECIBIR es en realidad un acto totalmente activo: se requiere la presencia, la voluntad del corazón despierto, encendido, para bien-recibir cualquier regalo que ofrece la vida.
(Una doctora homéopata quiso entrarle de lleno a la
cultura del regalo ofreciendo su consulta a voluntad. Pasó que nadie
venía a su consulta. No le creyeron. No la tomaron en serio. Decidió
volver a cobrar y los pacientes regresaron).
Ese valor de US$30 no representa en mi opinión el valor de mi trabajo. El valor en realidad no se mide en dinero, ya lo sabemos. Pero si me preguntan cuánto quisiera yo recibir, yo me declaro con el corazón completamente abierto a recibir muchísimo más que ese número. 10 veces más, 100 veces más ¿porqué no? Sé bien que lo merezco. Sin embargo, estoy consciente que la gente tiene diferentes posibilidades y no quiero excluir a nadie. De todo mi corazón quisiera aliviar cualquier verguenza que alguien tenga por no tener dinero. Es bien simple: no quiero que alguien se excluya de participar en mis talleres por no tener dinero. Ni tampoco quiero que ofrecer mi trabajo como regalo represente para algunos un permiso para alimentar la mentalidad de la escasez.
Y aquí un tema clave: cuando pensamos en que el dinero que tenemos "disponible" nos permite ciertas "posibilidades" y nos excluye de otras, estamos creando una realidad cultural que NO ES LA REALIDAD DE LA VIDA. Es la realidad cultural que vivimos, donde a menudo pensamos "no, esa experiencia o ese gusto no me lo puedo dar porque no me alcanza con mi presupuesto". ¡Mentira! Nos decimos una mentira que si decidimos neuronalmente que es verdad, generamos esa pseudo-realidad.
Esa frase: "no me alcanza", por favor date cuenta, NO ES VERDAD. En tu corazón sabes muy bien de lo que estoy hablando.
Cuando creemos en esa realidad en la cual algunos tienen más dinero y otros tienen menos, adivina qué. ¡Todo el mundo cree que está en el grupo de los que no tienen! Gente que viaja, que come y se viste bien, gente que tiene acceso a salud privada: ¡¡¡¡todos se creen que tienen menos dinero que el promedio!!!! Y esa es la realidad que van generando para sus vidas.
Entonces, en pocas palabras estamos transitando desde una cultura en que lo valioso vale porque vale dinero, hacia una cultura del regalo. Estamos en el espacio entremedio de dos culturas, "the space between stories" (el espacio entre historias) como lo llama Charles Eisenstein. Algo muy profundo de comprender. ¿Cómo navegamos en ese espacio? Cada quien que da un paso sincero, abre camino para los demás. ¿Existe un solo camino? ¡Claro que no! ¿Existen muchos caminos entonces? ¡Tampoco! para encontrar algún camino que andar hay que olvidarse de lo que uno camina se llama camino, porque de lo contrario volvemos a la historia antigua de "problemas y soluciones", de control, de creer que los pasos a dar están más o menos por donde ya conocemos algo, cuando en realidad son hacia los lugares, los espacios donde no tenemos idea. Los lugares donde no hay salida imaginable: allí tenemos que ir, sin esperar resolver el laberinto. Realmente, lo que tenemos que hacer es PERDERNOS, con urgencia y con una gran sonrisa.
Bueno, ahi con esas palabras espero el cerebro analítico (el mío y el del lector) se maree un poco, deje de estorbar con sus ideas preconcebidas y esquemas y mapas de lo posible, para que podamos visitar estos lugares más interesantes.
(Y si alguien no tiene los US$20 de la inscripción, pues que me escriba y que se sienta muy bienvenido/a)
Como estamos transitando de una cultura a otra, es complejo destituir el dinero y aceptar el regalo. En los procesos de cambio será necesario inventar estrategias para poder llegar al cambio; con esas estrategias, viviendolas, podremos adaptarnos a la cultura del regalo. TU estrategia me parece correcta. El ejemplo de la doctora homeópata, probablemente es una estrategia adelantada al tiempo de hoy
ResponderBorrarque interesante tu comentario! gracias! No dejes de registrarte en la nueva pagina web que está proxima a lanzarse. En el Foro de hecho tendremos una seccion sobre la cultura del regalo
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