¿Qué tan
fácil es hoy en día caminar al atardecer por una playa, y estar con el mar, con
la brisa, con la arena y el sonido de las olas, libre de comercio, de
urbanización, de turismo y de basura? ¿Qué tan fácil lo era hace 30 años? ¿Qué
tan fácil lo será en 10 años más?
¿Qué tan
fácil es hoy en día caminar por la montaña con mis hijos, encontrar una
vertiente de agua cristalina, tan transparante que las piedras bajo ella se ven
maravillosamente nítidas, y darles de beber esa agua fresca a mis niños? ¿Qué
tan fácil lo era hace 30 años? ¿Qué tan fácil lo será en 10 años más?
¿Qué
oportunidad de sobrevivencia tiene una especie como el Jaguar, cuando su
hábitat es destruído y transformado al uso agro-industrial a gran velocidad? No
son sólo grandes empresarios los que buscan el desarrollo económico, también la
gente más pobre busca legítimamente salir adelante en lo económico, por ejemplo
talando una hectárea de selva más para destinarla a la ganadería. Esa presión
económica por progresar (para algunos), o por subsistir (para otros), ¿qué tan
intensa era hace 30 años? ¿Qué tan intensa será en 10 años más?
Evidentemente,
la presión por transformar lo poco que queda en actividades comerciales va en
aumento exponencial. ¿Creen que se dentendrá con mejores leyes? ¿Con mejores
políticos y empresarios? ¿Con mejores tecnologías?
El razonamiento intelectual serio, honesto y bien
intencionado puede conducir a decisiones y acciones que son destructivas. Ser
riguroso, tener integridad ética y buenas intenciones no garantiza un uso
saludable de la mente humana.
Aún con la mejor de las intenciones y con una
preocupación honesta por el bienestar de toda la vida, es posible razonar y
concluir que es aceptable destruir un poco más la naturaleza con tal de
promover el desarrollo económico.
El
pensamiento convencional es que el progreso económico es lo que va a resolver
nuestros problemas económicos. Es difícil encontrar en el
"mainstream" (el mundo convencional) alguien que cuestione que el
crecimiento económico sea deseable, y que usar la naturaleza con este fin es
razonable. Nunca he escuchado a un candidato político hacerlo, por ejemplo.
Quizás
muchos de mis lectores aquí quisieran que con la fuerza de la razón convenzamos
de su error a quienes piensan así. El problema es que esto no es posible:
¡¡ellos tienen toda la razón!! No es falta de inteligencia lo que les hace
pensar así, ni tampoco, en el fondo, es el problema una falta de honestidad o
de ética. Posiblemente, muchos lectores se molestarán al leer esto, seguramente
algunos pensarán que es inaceptable que yo diga esto. Tan acostumbrados estamos
a la narrativa de "los buenos contra los malos". Tan dura e
intolerable nuestra realidad actual, el curso autodestructivo de nuestra
civilización, que nuestra muy legítima respuesta es la indignación.
La
narrativa de "ellos", los ambiciosos, los políticos corruptos, la
élite que abusa de nosotros, todo eso, está trillada. Sencillamente ya no es
útil, aunque sea cierta. "¡SUPERAMIGOS, A LUCHAR POR LA JUSTICIA!",
decían esos dibujos animados que yo veía cuando niño (en realidad está plagado
de películas con la misma narrativa, un claro reflejo de nuestro interior). No
hace mucho me dí cuenta lo absurdo, y toda la energía que yo desperdiciaba
"luchando por la justicia", y lo poco y nada que lograba. Allí, en
ese darse cuenta, empieza a aparecer otra inteligencia, otra justicia, que no
es la que uno espera.
Yo ofrezco
una invitación a cambiar de narrativa. La narrativa de la Separación, donde unos somos “buenos” y otros son los “malos”, es
precisamente la narrativa de la cultura actual, donde desde niño uno es
premiado por portarse “bien” y castigado por portarse “mal”. Por mucho que la
intención sea cambiar el sistema, si lo hacemos desde su misma narrativa, no
hacemos más que fortalecer el status quo, fortalecer la narrativa actual.
Si
organizamos una protesta donde nuestro discurso es en contra de una gran empresa y el gobierno que la apoya, pues
evidentemente aquellos otros son invitados a participar en el evento como
adversarios. Eso harán, serán adversarios, los policías reprimirán, y la
empresa fortalecerá su discurso a su favor, en lugar de revisarlo. Si bien es
cierto que algunas hermosas batallas se han ganado por la vía de la solidaridad
del pueblo unido, el estado actual de las cosas habla por si solo: abundan las
batallas donde nadie en realidad gana, todos pierden y lo que es peor el status
quo no solo se mantiene sino que se intensifica. (A propósito, ¿puede acaso
existir una batalla donde alguien pierda y alguien realmente gane?). ¿Qué pasaría si el activismo hiciera una
invitación diferente, nacida desde el reconocer que todos son parte de nuestro
ser, que nadie está en realidad separado?
Usando
exclusivamente inteligencia masculina, por cierto que es muy posible argumentar
con seriedad y honestidad que un poco más de destrucción de la naturaleza es
deseable con tal de promover el progreso económico. Conozco economistas que
piensan así, son serios y buenas personas, preocupados por el medio ambiente,
preocupados por las futuras generaciones, por la pobreza, por la desigualdad.
Gente como ellos están cansados que los acusen ignorantemente de falta de
inteligencia o de falta de ética. "No se puede desmantelar el sistema
usando las mismas herramientas del sistema", no se puede desmantelar el
sistema económico actual usando como medio la fuerza de la razón.
Los invito
a considerar como ejemplo el caso hipotético de un proyecto de central
hidroeléctrica, que se planea construir en un río ubicado en un bosque nativo
virgen. De manera de demostrar el punto de mi argumento, supongamos que todos
los actores en este ejemplo son honestos y bien intencionados, y que se usa
exclusivamente la inteligencia lógica masculina para argumentar y tomar decisiones.
Los
activistas ambientalistas quieren detener el proyecto. Para defender su
postura, presentan argumentos racionales apoyados por evidencia científica.
Aquellos que proponen el proyecto hacen lo mismo, usan argumentos racionales y
ciencia para basar su postura. (En el post LA RAZÓN HUMANA argumenté que el
intelecto puede usarse seriamente para defender cualquier postura que uno se
proponga). El argumento esencial entre los proponentes del proyecto es que
"nuestras ciudades están creciendo y la población necesita electricidad;
tenemos que producirla de una u otra manera. Este proyecto produciría una gran
cantidad de electricidad para una gran población, al más bajo costo entre todas
las alternativas, con un impacto ambiental relativamente limitado".
Los
activistas ambientales disputan que los costos ambientales del proyecto son en
realidad altos. Argumentan que un ecosistema único será destruido y que una
serie de especies serán afectadas por la pérdida de hábitat.
Una autoridad
de gobierno debe tomar una decisión imparcial, comparando las ventajas con las
desventajas, buscando el mayor beneficio posible para toda la sociedad. Finalmente
el proyecto es aprobado bajo algunas observaciones en su diseño,
específicamente digamos que una cierta porción del bosque deberá ser
preservado. En pocas palabras, una solución del tipo “punto medio”, típica de
la inteligencia lógica lineal, donde se contrapesa (en inglés se dice
“trade-off”) un argumento con el otro en una misma balanza. Lo que pierdes por
un lado lo compensas con la mayor ganancia por el otro lado.
Estoy
hablando de un proceso completamente idealizado, con el importantísimo fin de
lograr hacerme entender. ¿Se supone que debiéramos estar satisfechos con este
resultado final? ¡Yo digo que no! Y aquí no hizo falta inteligencia lógica, ni
hubo corrupción, ni el motivo era la ambición, ¿se dan cuenta lo que estoy
diciendo? No vamos a detener este sistema usando las mismas herramientas del
sistema, no vamos a detener la destrucción de la naturaleza por mucho que
venzamos en “la guerra contra los malos” y nos deshagamos de la corrupción, de
la deshonestidad, de la ambición, de la torpeza.
Este
resultado final implica que un volumen de destrucción de la naturaleza es
aceptable en la medida en que los beneficios para la población sean
suficientemente grandes. ¿Pero cuántos bosques nativos tenemos todavía
disponibles para seguir destruyendo? Si la destrucción de la naturaleza no se
detiene ahora, ¿cuándo se detendrá? Te das cuenta que éste no es un tema de
números ni de argumentos lógicos, es un tema de un sentimiento del corazón.
Por supuesto
alguien podría insistir que existen otras fuentes de energía que deberíamos
desarrollar. Sin embargo, el punto es darse cuenta que éste argumento puede ser
tan razonable como el argumento que apoya la realización del proyecto. En
efecto, todas las formas conocidas de producir electricidad son costosas, tanto
ambiental como financieramente. Por tanto siempre es posible aún con buenas
intenciones y tomándose este asunto muy seriamente concluir que una medida más
de destrucción es aceptable. En
consecuencia, esta discusión nunca podría lograr una solución completa y de
largo plazo. Esta es la limitación del pensamiento lineal, separado.
¿Cuándo
detendremos la destrucción? El razonamiento lógico puede por siempre aceptar destruir un bosque
más mientras los beneficios esperados para la sociedad sean lo suficientemente
altos. No estoy hablando de un uso deshonesto de este argumento, es el uso
honesto de este argumento el que me interesa. Aún cuando los beneficiados
fuesen una gran población de gente de estrato social bajo, con una gran
necesidad, ¿es aceptable entonces la destrucción de la naturaleza? La respuesta
que resulta del uso exclusivo de la inteligencia masculina puede ser sí, aún
cuando sea un uso ético. Entonces ¿por qué desperdiciar energía usando
inteligencia lineal masculina para detener la destrucción? No es la razón la
que nos hace sentir que la destrucción debe detenerse ya.
En el
centro del espíritu de cualquier ser humano existe una profunda capacidad de
compasión, que permite a la gente simplemente sentir la realidad y la magnitud
de la destrucción. La gente que está desconectada del centro de su espíritu no
puede acceder esta capacidad. Ellos pueden observar, analizar y evaluar los
hechos lo mejor que pueden, pero no sabrán
a qué grado la naturaleza ya ha sido destruida.
El
espíritu de un ser humano puede fácilmente distinguir entre aquello que conduce
a la destrucción y aquello que conduce a la vida y a la creación. Estas dos
cosas no pueden compensarse la una con la otra. Por ejemplo, no se puede
“mitigar” la destrucción de la selva amazónica plantando un bosque en otro
lugar.
Es tiempo
de hablar la simple verdad del corazón. Siendo yo mismo un científico, me pregunto
¿por qué tendría que desperdiciar energía en razonamientos hasta el agotamiento
para decir “ amo la vida”, para decir “yo no acepto más destrucción”? ¿Por qué
tendría que demostrar científicamente algo que en el corazón es absolutamente
obvio? No podemos seguir destruyendo el planeta, punto.
La
economía sagrada es la visión de una utopía, de un sueño. No la podemos
controlar. Describirla en un modelo es como tratar de meter lo divino dentro de
una caja. Los más grandes crecimientos en mi vida personal, las más grandes
libertades que se me han abierto, han nacido de confiar en la vida. Yo creo que
el único modelo es expandir el Ser, transformar la concepción del ser separado
a la del ser que tiene a todos y al todo dentro suyo, y que todo lo que es capaz
de crear es reflejo de su interior.
si, me gusta
ResponderBorrarMuchas gracias
Borrarexcelente, gracias
ResponderBorrarMuchísimas gracias!
Borrarmuy bueno!!!!!!!
ResponderBorrarLes agradezco "terapia hortícola", este es de los textis que he escrito que más me importan porque siento que es un mensaje que a la mayoría de la gente le cuesta mucho escuchar
BorrarLanzar un artículo de esta dimensión a la red informática me parece un gran aporte, sobre todo por las preguntas e interrogaciones. Soy del mundo de los Andes Peruanos, aunque radico en España y he sido bendecido de conocer gente nativa que vive en la selva central de Perú, una de las mas importantes, la gran Nación Ashaninka, ellos resistieron tenazmente a los conquistadores españoles y a diferencia de otros lugares no fue conquistado hasta casi los finales de 1800 o inicios de 1900 creo. Y como es obvio con la penetración de los criollos, colonos y puestos militares ellos se fueron internando mas adentro en los bosques amazónicos. Estas personas ingresaban con ansias de ser dueños de las fértiles tierras a lo que se fue sumando la ambición de los empresarios madereros que fueron destruyendo bosques, cambiando el paisaje natural. No tardaron en descubrise minas de zing y plomo. No quiero extenderme, pero en síntesis la Nación Ashaninka solo pesca y caza lo que necesita y siembran su yuca o mandioca para su consumo local. Respetan a los animales y sus hábitats y obviamente también los cazan para su alimentación. En estos últimos años como mencionas " el interés mezquino de los grandes capitales en complicidad con grandes empresarios" están devastando grandes zonas buscando gas, petroleo y oro. El comentario del expresidente de Perú, Don Alan García fue, que nos van amedrentar un grupo de indigenas contra los 20 millones de peruanos y dio luz verde a los militares y a las empresas. El derecho de los pueblos indígenas en la amazonía, indios americanos, nativos siberianos o tribus australianas es "el derecho inalienable a la territorialidad" y este es el punto de partida de su dignidad como nación, como pueblo o grupo. Esto ahora viene siendo negado y los grandes ofrecimientos políticos ahora no se cumplen. Quizá la realidad desborda la ficción pero en lo que estamos completamente de acuerdo es que la gran madre naturaleza esta profundamente herida, en mi pueblo de Huancayo de la Sierra Central del Perú hablamos de la Mamapacha o Pachamama, la madre tierra. Saludos amigo, saludo a tus análisis y a veces la nostalgia que nos embarga a ver que van desapareciendo los manantiales de la montaña azul.
ResponderBorrarGracias Daniel, te agradezco de todo corazón. He tenido muy presente tus palabras este día porque siempre ha habido un lugar especial en mi corazón para el espíritu de la selva amazónica y en general el Perú. Con dolor y esperanza tambien hermano. Es por gente como los Ashaninka (que en particular no conozco) que uno se conmueve y por gente como ellos que hago esto que hago. Por honor, por dignidad, por gratitud.
BorrarTe recomiendo mucho que leas este articulo de charles eisenstein que yo traduje: http://www.economiasagrada.com/2016/02/en-el-rinoceronte-todo-por-charles.html
Ojala lo puedas leer.
Un abrazo