miércoles, 6 de diciembre de 2017

CERRANDO CAMPAÑA


Hoy día damos por cerrada la campaña. GRACIAS. Sepan que sus regalos de apoyo a esta visión y mi trabajo son siempre bienvenidos, los recibo con las dos manos, con responsabilidad. El gofundme seguirá funcionando por unos días, y cuando lancemos la página nueva encontrarán nuevos medios para apoyar.  
Ciertamente superamos la meta, llevamos us$2,489 y creo llegarán otras donaciones todavía. Pero lo que hemos REUNIDO es mucho más valioso que el dinero o las dimensiones. Aquí quedaron sembradas semillas de profunda generosidad que replicarán muchas veces. Generosidad que GENERA. Reunimos un sueño, me atrevo a decir, que muchos soñamos pero que soñarlo solo duele por lo imposible. (Imposible para el paradigma cultural de lo posible). Soñarlo reunidos es otra cosa.
Les comparto que toda esta energía del corazón REUNIDA es una energía muy fuerte, me ha removido mucho... Queda observar como seguirá moviéndose, qué interesante y qué curiosidad!
Entre varias otras cosas, me dí cuenta que en una parte oculta, valiosa, bondadosa de mi,  no creía que la abundancia que decide el corazón fuera posible para todos... Hablo de la gente, la mayoría de la gente en realidad, que vive angustiada, presionada por la escasez; la gente, también, que de plano sufre miseria. Guardaba ese dolor profundo, esa impotencia de que no fuera posible soñar la libertad para todos... que ahora siento liberándose. 
La abundancia que decide el corazón no es lo mismo que la abundancia convencional. Una idea de nuestra cultura reduccionista de la realidad, la abundancia convencional es la medible, la que depende del sistema económico, y que como tal jamás puede ser alcanzada por todos (ver ENTENDER EL DINERO).  Sistema donde "la única manera de hacer dinero es tomarlo de otros", donde los más exitosos son los más hábiles para tomar el dinero de otros. La abundancia que decide el corazón, en cambio, es la que emana de nuestro centro divino, que depende enteramente de uno mismo y de nada externo, nadie te la puede quitar, nadie la puede dañar, es inquebrantable, divina...  Escurridiza y paradojal, crece cuando el amor crece, crece cuando nos REUNIMOS. No muy crece con aprender, con entender. Así mismo, nadie la puede usar de razón para justificar la pobreza de la gente. Nadie la puede usar para juzgar.

Guardaba ese dolor profundo, esa impotencia de que no fuera posible soñar la libertad para todos... que ahora siento liberándose.
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