Hoy día damos por cerrada la campaña. GRACIAS. Sepan que sus
regalos de apoyo a esta visión y mi trabajo son siempre bienvenidos, los recibo
con las dos manos, con responsabilidad. El gofundme seguirá funcionando por
unos días, y cuando lancemos la página nueva encontrarán nuevos medios para
apoyar.
Ciertamente superamos la meta, llevamos us$2,489 y creo
llegarán otras donaciones todavía. Pero lo que hemos REUNIDO es mucho más
valioso que el dinero o las dimensiones. Aquí quedaron sembradas semillas de profunda
generosidad que replicarán muchas veces. Generosidad que GENERA. Reunimos un
sueño, me atrevo a decir, que muchos soñamos pero que soñarlo solo duele por lo
imposible. (Imposible para el paradigma cultural de lo posible). Soñarlo
reunidos es otra cosa.
Les comparto que toda esta energía del corazón REUNIDA es
una energía muy fuerte, me ha removido mucho... Queda observar como seguirá
moviéndose, qué interesante y qué curiosidad!
Entre varias otras cosas, me dí cuenta que en una parte
oculta, valiosa, bondadosa de mi,
no creía que la abundancia que decide el corazón fuera posible para
todos... Hablo de la gente, la mayoría de la gente en realidad, que vive
angustiada, presionada por la escasez; la gente, también, que de plano sufre
miseria. Guardaba ese dolor profundo, esa impotencia de que no fuera posible
soñar la libertad para todos... que ahora siento liberándose.
La abundancia que decide el corazón no es lo mismo que la
abundancia convencional. Una idea de nuestra cultura reduccionista de la realidad,
la abundancia convencional es la medible, la que depende del sistema económico,
y que como tal jamás puede ser alcanzada por todos (ver ENTENDER EL DINERO). Sistema donde "la única manera de
hacer dinero es tomarlo de otros", donde los más exitosos son los más
hábiles para tomar el dinero de otros. La abundancia que decide el corazón, en
cambio, es la que emana de nuestro centro divino, que depende enteramente de
uno mismo y de nada externo, nadie te la puede quitar, nadie la puede dañar, es
inquebrantable, divina...
Escurridiza y paradojal, crece cuando el amor crece, crece cuando nos
REUNIMOS. No muy crece con aprender, con entender. Así mismo, nadie la puede
usar de razón para justificar la pobreza de la gente. Nadie la puede usar para
juzgar.
Guardaba ese dolor profundo, esa impotencia de que no fuera
posible soñar la libertad para todos... que ahora siento liberándose.
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