martes, 8 de noviembre de 2016

TALLER DE INTEGRACIÓN DE TELARES


Este Talller está destinado a grupos y personas que sientan la necesidad de un acompañamiento en su proceso colectivo o individual, ya sea de telares, flores de abundancia o fractales. Enraizado en la visión de Economía Sagrada (ver post Respecto de la Flor de la Abundancia para conocer mi mirada acerca de estos esquemas), facilitamos un tratamiento integral, íntimo de las circunstancias en las que se encuentre el grupo de personas participantes. 
Las aspiraciones, dilemas y encrucijadas económicas no están separadas sino  intensamente ligadas a nuestros corazones, emociones, sueños, traumas o dolores, los talentos y regalos de cada ser humano. 

El Taller se basa en los siguientes 5 principios fundamentales:
  1.   Confidencialidad.
  2.   El Ser humano es completamente maravilloso y no necesita mejorarse a sí mismo.
  3.   La Vida es completamente maravillosa y no necesitamos mejorarla. 
  4.   Por lo tanto, la experiencia que sea que el grupo haya tenido hasta ahora, es completamente maravillosa y no necesita mejorarse. Esto es, mirar de manera amorosa, sin juicios. (No quita que puedan eventualmente tomarse decisiones que resuelvan encrucijadas) 
  5.   Las conclusiones del proceso del taller emergen de los participantes (cada ser humano tiene su propio centro divino, su propia guía interna). La tarea del tallerista no es encontrar conclusiones ni tomar decisiones sino acompañar y facilitar para que esas conclusiones o decisiones surgan de cada quien.


El proceso consta de 3 partes fundamentales: (1) integración de la experiencia vivida, (2) diagnóstico de estado actual, y (3) conclusiones.


En la versión online de este taller (que tambien puede ser presencial),  ocupamos como metodología las tecnologías online de conferencias zoom y whatsapp. El taller online tiene una duración de 1 semana a 10 dias. El taller presencial toma dos dias.

Interesados contactarme a felipe.mardones4@gmail.com 

[Esta metodología de Taller, si bien concebida para Telares de Abundancia,  queda abierta a cualquier dilema económico que enfrente un grupo humano]

jueves, 6 de octubre de 2016

LA DANZA DE VICENTE Y ALICIA (Parte I)

Acompáñenme en esta historia. Una historia que se puede leer de varias maneras. Desde la economía interna hacia la externa. Desde lo que yo llamo la Microeconomía: la economía de nuestra propia casa, la economía de lo cercano e inmediato. Y desde lo que llamo la Macroeconomía: la economía global de nuestra gran casa Pachamama y cómo cuidamos de ella.

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Alicia Abundancia es una mujer hermosa, tan hermosa que se sabe hermosa. Como si fuera flor, sus pétalos se abren con tanto amor, se extienden libres, que jamás aceptaría que alguien la amarre, o la encierre, o la restringa. Lo que algunos confundirían con vanidad, es en realidad un profundo amor a sí misma. Sólo a causa de este amor primario a si misma, le es innato entregar muchísimo amor a todos quienes la conozcan, y lo que más quiere es amar a un otro. No necesita gratitud ni que dignifiquen la entrega de su amor, Alicia sólo quiere dar más y más. Esa es su pasión, permanentemente enamorada.

Esta mujer siempre va a dar lo mejor a sus seres queridos, amigos, a la vida misma. Sin importar cuánto dinero tenga, o cuántos alimentos tenga almacenados, siempre ofrecerá lo mejor y todo lo que tiene a quienes la visiten. Querrá que sus hijos estén bien vestidos, y si cabe duda de que alguna ropita no esté completamente limpia, sin titubear la agregará al canasto de la ropa sucia.

¡Que suerte conocer a Alicia! Ojalá Uds. también la conozcan de cerca porque ella pues lo único que hace es darte, y darte, y darte lo mejor. Si ella fuera a invitarte a comer, te invitaría al mejor restaurante de Paris. Si de casualidad pasas por su casa, apenas conociéndola ese día, y ella tuviera guardadas dos barras de chocolate, una de marca industrial y otra artesanal hecha en Bélgica, ¿cuál crees que te va ofrecer? Estamos hablando de Alicia Abundancia.

Alicia no permitiría, por amor propio y amor a la vida, tener en su cocina platos que no estén completamente en buen estado. Ni un refrigerador que no funcione al 100 o que no honre con belleza y pulcritud el espacio. Ella por naturaleza se deshace de esas cosas, y luego sencillamente consigue nuevas. Sólo conseguiría algo usado en caso que el uso anterior sea un uso que agrega valor al objeto (en lugar de sustraerlo). Por ejemplo un objeto que ha sido honrado por una historia digna, cuidadosa, y que aunque se note los años en su superficie, lo que emana es una belleza mucho más profunda y más sutil que la de un objeto nuevo.

Alicia ha escuchado hablar de los problemas ambientales, y por supuesto es consciente de que su refrigerador se hace obsoleto rápidamente, no como antaño. Y que al deshacerse de él, el reciclaje de sus piezas será en el mejor de los casos parcial. Y que la elaboración de un refrigerador nuevo es de por si destructiva, desde la fuente misma de los materiales en explotaciones mineras, uso de químicos en el proceso, trabajadores que no pueden amar un trabajo que no es el llamado de su alma, multiplicidad de transportes emisores de gases, etc., etc., etc. Sin embargo, su inclinación innata será a honrar su vida, su casa y su familia, sus amistades y visitas, con un refrigerador en perfectas condiciones. Alicia sabe en su corazón, en sus entrañas, que el espíritu de la vida es abundancia, es apertura, es generosidad. No es restricción. Intuye que la fuerza de la vida se encarga de todo, no está en su naturaleza hacer ecuaciones sobre cada cuánto tiempo es menos dañino reemplazar un refrigerador. Si de plano tendrá que ser reemplazado, ¿qué significado puede tener, a nivel cósmico, que un refrigerador sea reemplazado en 5 o en 100 años? Mirado desde una estrella vecina, eso es completamente irrelevante.

Alicia es muy querida, famosa incluso. Uffff tantas gentes que andan desesperadas tratando de acercarse a ella, pero lo que no saben es que para acercarse tienen que ser así, igual que ella o parecido a ella.

Su prima Elsa Abundancia siempre quiso ser como Alicia. Pero Elsa estudió demasiados años y se le metió en la cabeza que para dar hay que exigir recibir. Le dijeron en la escuela que eso era una ley del universo, y que por tanto debe exigirse su cumplimiento igual que con todas las otras leyes y normas de control de la nación. Elsa quería dar con el mismo amor que admiraba y envidiaba en Alicia, un amor abundante, maravilloso, y que a todos deleitaba. Sólo que, al momento de dar a una persona, Elsa se aseguraba de que recibiría de ésta algo proporcionalmente valioso, es decir, que cumpliera la ley. Como todo lo que entregaba era apropiadamente pagado, Elsa tenía en su vida todo en orden, y conforme a las normas. Elsa estaba muy bien adaptada al sistema moderno, de hecho era muy exitosa y con el tiempo fue amasando una pequeña fortuna de dinero.

Sin embargo, había algo que se iba perdiendo en lo que Elsa daba, algo sutil, algo del amor inmenso que había en Alicia estaba cada vez menos presente en lo que entregaba Elsa. Elsa se contentaba a sí misma diciéndose: “por algo soy mucho más exitosa que Alicia, seguramente lo estoy haciendo mejor que ella y por eso la vida me recompensa mejor”… Lo que Elsa daba dejó de ser único y especial. Parecía que lo que daba se iba haciendo anónimo, homogéneo y que sin importar a quien se lo diera era cada vez más uniforme y parejo, cada vez más indiferente. El Regalo de Elsa, dejó de ser Flor, dejó de tener la apertura inmensa del vientre de nuestra Madre Cósmica. Le habrán enseñado muchas cosas en la escuela a Elsa, pero lo único que no le enseñaron fue que, como dijo Krishnamurti, “no es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”.

Alicia, por su parte, dicen que nunca fue a la escuela. Yo creo que sí fue, pero lo que enseñaban allí nunca penetró su corazón. La imagino en el aula de clases mirando por la ventana una mariposa revolotear afuera. Nunca le interesó eso de las leyes, ni las leyes de la sociedad humana ni tampoco las supuestas del universo. ¿Cuál ley pudiera importarle a aquella mariposa?

Bueno, ya les he contado bastante sobre Alicia Abundancia, pero todavía ni siquiera he mencionado a su marido, Vicente Suficiente. Se habla menos de Vicente. Como es un personaje poco conocido, ha sido malinterpretado. (Ver Hacia la Cultura del Regalo para una reflexión sobre cómo es posible  confundir la suficiencia con una mentalidad de escasez). Algunos creen que Vicente ni siquiera debería existir en la historia, que con Alicia y su grandeza ya tenemos todo lo que podríamos soñar. Pero fue la propia Alicia la que eligió a Vicente como su amante, como padre de sus hijos. Fue Alicia la que añoró, con todo su corazón, enamorarse de alguien tal cual es Vicente. Vicente y sus sorpresas la terminaron de fascinar hasta entregarse por entera en amor.
Fotografía: Obra de la Coreógrafa Alemana Pina Bausch


Yo creo que Alicia supo escuchar la palabra del alma de Vicente. Esa palabra era un compromiso de paz, una promesa de esperanza. Porque Alicia, que nunca paraba de dar y dar, comenzó a darse cuenta que la mayoría de personas tomaban y tomaban lo que ella daba, pero tomaban sin realmente recibir lo que ella estaba dando. No eran capaces de darse cuenta lo que ella daba. Le empezó a preocupar cómo es que dando más y más y más y todavía más amor, nunca era suficiente, y que en lugar de haber un amor cultivándose y creciendo, lo que crecía en el mundo era el miedo y la separación. Y en consecuencia, estaban los hombres ciegamente destruyendo la vida. Pero en su naturaleza ella no se detenía a “hacer análisis” ni reflexiones. Su naturaleza era confiar en la Vida, y siguió dando, cada vez con más amor.

Si creen que Alicia cometía un error al no hacer cumplir la ley del Dar-Recibir, se equivocan. Ella nunca dejó de recibir. Inmensas y gloriosas oleadas de amor y de fuerza de la vida inundaban su ser desde la Fuente Misma del Universo. Sólo que de una manera más misteriosa, más sutil, más escurridiza, a menudo fuera de los alcances del entendimiento racional humano. Así es, esta ley universal del dar y recibir es cierta, y Alicia siempre lo supo en sus entrañas y no en su mente. Sólo que nunca ha habido necesidad de que el hombre controle esta ley. En el misterio cósmico del amor infinito de la vida no existe ser de la creación que no esté recibiendo algo maravilloso permanentemente.

Por lo demás, Alicia naturalmente y sin esfuerzo generaba el amor hacia los demás desde el amor a sí misma, es decir, desde su apertura innata a recibir. Entonces ¿quien podría acusarla de no saber recibir? Solamente quienes fueron muchos años a la escuela, programados a controlar leyes y normas, programados a ver “resultados concretos”. Donde la noción de concreto siempre dejó afuera el espíritu escurridizo y misterioso, la vitalidad impermanente de la vida.

Y sí, humana como era ella también dudó alguna vez. Se sintió incompleta, se sintió que tal vez estaba haciendo algo equivocado pues habían tantos que la criticaban. Cuando se estaba cansando se encontró con Vicente. Todo el amor que ella tenía por si misma, no tuvo comparación alguna con el amor que recibió de Vicente. Entonces descansó. Entonces se extasió de amor.

Vicente es por cierto un buen hombre que ha estado entrenándose para dar lo mejor de sí, que ha andado por siglos por la vida buscando la belleza del amor infinito femenino. Descubrió en su andar, que para ser hombre había que aprender a no quejarse. Fue y buscó con todo su corazón cómo cultivar la paz en su ser. Entendió que la paz está en el aquí y ahora, y decidió que sin importar lo que esté ocurriendo, todo está bien tal y como es. Se dio cuenta que su apuesta era correcta: el frío ya no fue tan frío, el calor ya no fue tanto calor, ya no tuvo tanta hambre, ni tanta sed, ni tanta necesidad humana. Siguió enamorado de lo placentero de la vida, pero ya no desde la queja de que “algo hace falta”, o “hay algo que cambiar”. Su naturaleza es estar contento y pleno con lo que hay. Pero contento de verdad, no así no más por fuera.

Vicente es capaz de agradecer una humilde y sencilla comida compartida en el campo, como si fuera muchísimo mejor que el mejor restaurante de Paris. Porque sabe apreciar ciertos detalles, porque sabe ver más allá. Porque sabe no quejarse, y saber no quejarse es saber apreciar con el corazón. Para él, el aquí y ahora es suficiente tal y como es. Cuando Alicia lo invitó a comer al mejor restaurante de Paris, el fue más bien cautivado por Alicia y el amor que sentía en su invitación, que por la promesa de la comida parisina. No obstante, descubrió que no sólo apreciaba sino que se fascinó con la comida que disfrutaron aquel día. Agradeció profundamente cómo Alicia era capaz de llevar el gozo a aquel lugar de su corazón donde ya había paz. Donde ya nada más se necesitaba pero todavía cabía mucho más amor, mucho más dulzura.

Entonces, Vicente y Alicia se enamoraron apasionadamente. Comenzaron a danzar. Vicente entendió que no tenía que cambiar a Alicia, que su tarea NO era equilibrarla con algo de suficiencia para que no fuera ‘tan abundante’. Alicia entendió de igual forma, que no tenía que enseñar a Vicente a ser más abundante. Entonces aprendieron a danzar. Alicia se hizo más abundante. Al ser amada de tal forma su amor y su capacidad de darse creció en magnitudes insospechadas. Y Vicente se extasió en su amor. Vicente se hizo más suficiente, se llenó de paz y ya nada le hacía en falta. Ni dinero necesitó, ni siquiera para pagar la ropa, las clases de violín y de futbol de sus hijos. Descubrieron que de su danza de amor algo nuevo nacía. Vicente Suficiente ya lo sabía, este secreto inmenso de la vida: no hace falta dinero para vivir. La suma lineal de números definitivamente no tiene nada que ver con el misterio no-lineal de la vida. El misterio que está en el espíritu de la vida también está en los billetes, en las cuentas, en lo que se ocupa para pagar la renta, etc.

Habiendo tanta paz, Alicia quiso ser más abundante todavía, quiso compartir más. Vicente entendió al fin, se entregó y ya no la detuvo. Ahí el amor comenzó, como si nunca antes hubiese existido, y a la vez como si siempre hubiese estado ahí. El tiempo se desvaneció por un instante eterno.

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Un tiempo antes de que aprendieran a danzar, Vicente y Alicia vivieron otras experiencias. Alicia pensaba que todo el amor posible ya existía, no sabía que era posible crear nuevos amores. Pensó entonces, que Vicente tenía que ser abundante como el amor que ella conocía. Le costó entenderlo. Le costó entender que el corazón de Vicente contenía un amor enorme a la vida, a nuestra gran casa Pachamama, y un profundo llamado a hacer todo lo posible por detener la destrucción de la vida y la belleza y por iniciar la urgente restauración. Vicente, en su compromiso con la verdad, no podía eludir la realidad de miseria que vive una enorme cantidad de humanos. No podía eludir la realidad de destrucción de bosques, ríos y mares a nombre del progreso, a nombre de que unos pocos pudiesen gozar cómodamente la abundancia. Vicente se enfrentó dolorosamente a la verdad: abundancia es a menudo equivalente a la destrucción de la vida. Dicho de otra manera, el progreso económico está (en este sistema económico enfermo que vivimos) matemáticamente vinculado a la miseria de muchos seres, y sobre todo vinculado a dejar a nuestros nietos como legado un mundo cada vez más dañado, sucio y maloliente. Su enorme sentido de responsabilidad y compromiso con la verdad lo llevaron a darse cuenta de estas ecuaciones. Por ejemplo, la ecuación donde renovamos nuestro refrigerador cada 5 o 10 años, y sus verdaderas consecuencias. O la ecuación donde realmente nos enfrentamos a qué significa para la Vida, para nuestros hijos y nuestros nietos, este sistema económico de dinero emitido como deuda, obsesionado con el progreso. Enfrentado a la verdad, ¿cómo puede uno cómodamente dedicar su energía humana a generar más dinero, por mucho que disfrutar de la abundancia sea una hermosa promesa? Dinero que aún con las más sinceras y éticas intenciones siempre va a estar ligado a la transformación de la belleza y salud de la vida en fealdad y destrucción (ver Introducción aEconomía Sagrada para ahondar en este tema).

Así, en cada cosa sencilla de la vida. ¿Cómo podía Vicente estar satisfecho lavando la ropa de sus hijos muy seguido, si en su corazón de suficiencia añora usar menos agua, menos electricidad, menos detergente (que por mucho que sea biodegradable de todos modos es dañino), y siente que la ropa un poco sucia no tiene nada de malo? Su corazón de suficiencia, y de amor a la Vida en el planeta, añora MENOS, en lugar de más, de todas estas cosas. Pero todo eso era mirado desde las ecuaciones… Sólo el amor de Alicia pudo recordarle lo que tenía olvidado en su corazón, que el universo nunca podrá contenerse en ecuaciones. Que no existe una salida al laberinto, sino un entregarse al laberinto que desvanece las paredes de toda ecuación. Su responsabilidad con la vida siguió manifestada con o sin ecuaciones. Su sentimiento de querer hacer algo por la vida, se fue haciendo más amor, más paz. Empezó a comprender que no hay nada que cambiar, gracias al amor de Alicia. Y que sin embargo, puede seguir haciendo lo mismo, puede seguir siendo el mismo Vicente Suficiente, con su corazón de suficiencia y con su compromiso con la vida. ¡Qué feliz se puso Alicia cuando Vicente la dejó tranquila lavar toda la ropa, todas las sábanas y toallas y cobijas de la casa en la lavadora! La amó en plenitud. La amó en plenitud cuando pudo estar en plena paz consigo mismo, que es lo que siempre quiso desde el principio. Lo que sea que hay, es suficiente.

Así se la llevaron, Vicente y Alicia, su danza misteriosa de amor. Por varios años vivieron con muy poco o casi nada de dinero, y sin embargo incluso cuando menos dinero tenían siguieron viviendo en Abundancia y Suficiencia. No necesitaban ni adaptarse al sistema (nunca consiguieron un trabajo a sueldo por ejemplo), ni tampoco necesitaban cambiar al sistema. Era perfecto tal y como era.

Y luego vino otra época en que comenzaron a vivir con mucho, muchísimo dinero, que les permitió cumplir todos sus sueños. Viajaron a lugares recónditos como el Templo de la Suficiencia en Kumbaktu, la Pirámide de la Abundancia en Chechelén, y el Árbol del Amor en Ankermein. Tuvieron su casa propia y un gran terreno lleno de árboles y rincones y vida donde sirvieron y compartieron su Abundancia y su Suficiencia y su Danza de Amor con todos los amigos quienes les visitaban. Nutrieron sin límites los sueños inverosímiles de sus hijos. Llegaron a tener tanto dinero que por fin pudieron iniciar todos sus proyectos de restauración de la Belleza de la Vida. Comenzaron por comprar una enorme extensión de tierra para preservar en la Selva Amazónica. Pero ya les contaré más sobre eso en la Parte II de esta historia.

En la Parte III de esta historia, les contaré sobre que pasó cuando el mundo realmente cambió. Aún no sé si hubo en el futuro un dinero diferente, a parte de todo los nuevos amores y nuevos espacios del Ser que nacieron de esta Danza de Alicia y Vicente.

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La abundancia conecta con el disfrutar de la vida, con el sentirse legítimamente merecedor de lo mejor de la vida. Es saber que el amor femenino de la vida no tiene límites. La suficiencia conecta con el estar en paz en el aquí y ahora, tal y como es, libre de toda queja interna, sin necesidad alguna de cambiar nada. En una historia como ésta, abundancia y suficiencia danzan juntas. No se equilibran en una balanza como nuestra mentalidad programada a lo lineal quisiera forzar. Danzan, se aman la una a la otra, se dejan ser en libertad.

En nuestra microeconomía familiar, me siento en paz y a gusto con este matrimonio entre abundancia y suficiencia, donde no hacemos mayores cálculos, dónde no separamos los dineros entre yo y mi mujer, y dónde nunca hemos calculado cuánto dinero necesitamos para vivir como vivimos. Tampoco hemos jamás calculado qué tipo de vida nos alcanza con el dinero que generamos. Simplemente vivimos, libres, sin sueldos hace más de 6 años, y MUCHAS veces parece que no va alcanzar pero siempre alcanzó. En mi casa, las matemáticas financieras masculinas las ocupamos de referencia no más, como quien juega al ajedrez, pero no son una guía ni un determinante en nuestra vida. Es decir, por ejemplo si tenemos $1,000 disponibles, eso por ningún motivo significa que podemos gastar solamente 10 veces 100, o dos veces 500. No suman así las cosas en nuestra casa. Lo digo con toda responsabilidad, con todo mi corazón. Si el universo no es lineal, ¿por qué exigirle linealidad a ese pedacito de universo que es nuestro dinero, nuestras cuentas, nuestra renta?

Lo que si sabemos, es que si adoptamos una mentalidad de escasez, eso es lo que generamos a nuestro alrededor. Si pienso que soy un ser separado que tiene un haber de $1,000 y que si ocupo parte de eso me quedo con menos, pues esa es la realidad que genero. “Si gasto $400 me quedo con $600”: ¡Incluso eso es falso! Si adopto esa mentalidad lo que ocurre es que al ocupar $400, me quedo con unos $300 (y otros 300 se perdieron por ahí quién sabe cómo). Así de poderosa es nuestra mente para generar realidades. Ver El HermosoLaberinto De La Abundancia para ahondar en este tema.

Vicente y Alicia, dancen libremente, aprendan a amarse plenamente, y nuevas realidades puedan nacer.

lunes, 5 de septiembre de 2016

LA COMPASIÓN


Mi mujer Javiera me ha pedido que escriba acerca de la compasión. Me encanta su intuición, y cómo entre los dos somos parte de un mismo corazón. Me entrego a esta experiencia sin saber a ciencia cierta hacia donde me llevará. 

Cuando pienso en compasión, pienso en un tejido invisible que nos une a todos. Pienso en una energía sanadora que ya está. Recuerdo todo aquello que ocupa compasión: los aspectos tóxicos, dañinos, odiosos dentro de cualquier ser humano.

Yo creía que era un problema de ego, pero en realidad es un problema de trauma. En este texto que escribo, hablaré de mi trauma como si ya no lo tuviera, aunque en verdad lo siga teniendo. Me tendré que reír de mi mirada tan lineal de las cosas, incluso de las cosas más misteriosas de la vida. Al final, me preguntaré: ¿qué tiene que ver todo esto con la economía?

Hace un rato Bayo Akomolafe escribió: “Tatuado en cada cara de piedra, en cada hoja fecunda, en cada nube embarazada está el aviso de que no existe un ‘REGRESO A CASA’ que no sea un conflictuado punto de partida en si mismo, y que no existen proyectos de restauración que no sean en realidad intentos regenerativos de esquivar la deslumbrante espontaneidad y vitalidad del mundo”.

Entonces aquí va mi “proyecto de restauración”. Esta es solamente una manera de contar una historia, entre muchas posibles.

Lo más hermoso que me ha pasado en la vida es que alguien me haya amado tal y como soy. Que alguien alguna vez me haya hecho sentir, con todo su corazón, que soy perfecto, que soy pura bondad y belleza.

Es algo que por supuesto ha pasado muchas veces en mi vida. Sin embargo, estoy pensando en una persona en particular que me hizo sentir así, mi tía Jeannie Kerrigan, quien vive ahora en el mundo de los espíritus (su libro aquí y su experiencia con el cáncer aquí). El detalle clave de su amor fue que sentí que ella estaba amando sobre todo mis partes absurdas, monstruosas, mi miedo, mi ego, mis identidades falsas. Todo eso era en donde ella enfocaba su amor hacia mi, así lo sentía yo. Me daba vergüenza, me sentía desnudo, me sentía que no merecía ese amor. Poco a poco esa semilla de amor entró en mi corazón, y desde entonces comencé a (aprender a) amarme a mi mismo. En realidad es una semilla que me regaló mi mujer Javiera y mis hijos Tayel y Ayelén, una semilla que entró en multiples historias, y que siempre estuvo. 

Comencé a querer con todo mi corazón ser vulnerable en cada oportunidad en la vida, aceptarme como “monstruito”, a confiar en la vida, a estar feliz de ser súper absurdo e infantil. Comencé.

Antes de esto, tantos años pasé intentando, con toda mi voluntad, de mejorarme a mi mismo. Diez años de camino espiritual intentando “ser verdadero”, “ser humilde”, intentando ser “alguien que da a la vida y no solo toma”… Puras cosas que NO se intentan. Cosas que me dan rabia por todo el sufrimiento que me provoqué, y que en mi “proyecto de restauración” recomiendo intensamente evitar, eliminar. [Uy yuyui!!! ¡Que sabio he sido de ser tan torpe! ¡Cuánta felicidad estoy trayendo a mi vida a causa de todo el sufrimiento que me causé!]

En fin, años intentando dominar a mi ego, mi rabia, mi debilidad, mis dudas, como si ello fuera posible. En el fondo, todo lo que estaba intentando era ser alguien diferente a mi mismo, alguien a quien las personas a mi alrededor pudieran amar. Porque al débil, al egoísta, al miedoso, según aprendí, es imposible amarlo: esa era mi experiencia traumática de vida. Solo mediante esfuerzos al límite y traiciones a mi mismo era posible “superarse”. En el fondo, que la vida estaría hecha con imperfecciones, que venimos fallados de fábrica. 

En ese camino de “superarme a mi mismo” aprendí una serie de cosas. Aprendí a desarrollar la observación de mi mismo al máximo. Eso me llevo ineludiblemente a observar un monstruo horrible y vergonzoso adentro mío, así como también una parte amorosa, luminosa. Pero como estaba ese monstruo ahí tan difícil de derrotar, aprendí, como cualquier buen corazón aprendería, a no confiar en mi mismo. Así es, lo repito: aprendí que no podía confiar en mi mismo. ¿Cómo iba confiar en mi mismo si tantas veces me descubría haciendo cosas para ganar admiración, para ser más que los demás? Era cosa de solo imaginar, cuantas veces ocurren esas cosas sin que yo me dé cuenta. Pero me decía, en medio de ese creciente y sofocante dolor, “al menos tengo el mérito de darme cuenta”. Al menos por ese motivo podía pseudo-amarme a mi mismo.

En realidad, estaba haciendo cualquier cosa MENOS amarme a mi mismo. Mucho después aprendería que la falta de amor a uno mismo sostenida se transforma en una violencia hacia los demás, por mucho que sea involuntaria.

Lo bonito es que son cosas que uno hace de buen corazón, desde la pura inocencia: no confiar en mi mismo. Como no confiaba en mi mismo, pues naturalmente lo que hice fue confiar en otros por sobre mí. Otros que según estaban más sanos, con su ego más superado. ¡Qué absurdo, porque en realidad somos todos iguales! Esa es la violencia más grande que uno puede hacer a su propia divinidad, a su propia alma: es una auto-traición permanente, con consecuencias de muchísimo sufrimiento.

El amor que recibí de mi tía Jeannie era así, un amor que conoce que esas partes feas, horribles, incluso las que hacen daño a los demás, incluso esas: todas nacen de nuestro buen corazón, de cualquier Ser Humano, que siempre es inocente y que solamente quiere cosas buenas para todos. Por eso que en realidad es tan fácil amar, es súper sencillo, en realidad lo estamos haciendo todo el tiempo aunque dudemos, aunque no lo sepamos.

Yo por ejemplo, sigo teniendo el hábito de dudar de mi mismo. Es solamente una respuesta programada por el trauma. Eso es en realidad lo que tenemos como humanidad: trauma. ¿Por qué dudo de mi mismo? Porque sospecho que en lugar de hacer el bien a otros, de alguna manera les estoy haciendo mal. O sea: ¡porque los amo! No hay cosa en la vida, ningún rincón de la vida, que no ocupe el amor.

Creíamos que al ego no había que amarlo, porque si lo amábamos iba a crecer aún más. Ese es el único error que puede existir (y ya sospecho que ni siquiera ése era un error). Así lo aprendí gracias al amor que recibí justo allí, en lo que llamamos ego. Ego es solo el callo del trauma humano, es solo lo que construimos porque no supimos cómo confiar en la vida.

La única tarea urgente en la vida es amar al ego. Qué revolución más grande que esa, la revolución de la compasión. Al yo recibir ese amor, pues no hay cosa que salga más natural en mi que querer amar de la misma manera. ¡Siempre ha estado ahí ese amor! Solo que a veces me apasiono mucho con esto, y en la urgencia por amar olvido que todavía tengo mucho por amarme a mi mismo. 

Hermosos monstruitos que somos. Por eso que esto de amar en realidad lo hacemos juntos. Esto de VIVIR lo hacemos juntos, nadie lo hace solo. Como me dijo Tammy: si te sientes menos (o más) que otros estás creando separación. No es un tema de quitar al ego del camino, es un tema de unir, de borrar la separación. ¿Para qué? ¡Para dejar de sufrir!

Yo me perdono por ser tan “pensón”, exagerado para pensar. Me perdono por dudar. Me perdono por creer que ya “regresé a casa”, por creer que esos traumas nunca debieron haber ocurrido. Me perdono por hacer drama de las cosas. Me perdono por hacer que otros se sientan incómodos en mi presencia. Me perdono por asustarme tanto cuando me siento perdido, cuando no tengo idea qué hacer, cuando me siento responsable de la felicidad de mi familia y me veo completamente confundido sin saber qué hacer (ser) por ellos. Me perdono por haber estado peleado con el mundo, y me perdono por haber nacido para cambiarlo (¡uy me siento tan bien de decir esto!). Me perdono por no tener un trabajo con sueldo. Me perdono por no saber qué más hacer para conseguir dinero este mes.

La Economía Externa es un reflejo de la Economía Interna. Agradecido por esta oportunidad de darme, de recibirme, me siento alegre y esperanzado de lo nuevo que pueda recibir de la vida, y de lo nuevo que pueda dar a la vida.

lunes, 29 de agosto de 2016

DESCRIPCIÓN TALLER DE ECONOMIA SAGRADA


1) INTRODUCCIÓN:

Estos son los ejes que como veremos se entretejen en el Nuevo Taller de Economía Sagrada:
-Seamos realistas. Hagamos lo imposible-.
-La Economía Externa como reflejo de la Economía Interna-.
-Expansión del Ser Separado hacia el InterSer-.
-Aceptar todo tal y como es para que pueda cambiar.-

Las razones que me motivan a compartir este taller son cosas bien sencillas que todos y todas queremos. Desde lo global (macroeconomía), hasta lo más cercano: nuestra vida personal (microeconomía).

En lo global. Queremos que se detenga la destrucción de la naturaleza en sus incontables manifestaciones. Queremos más bien que se restaure lo que ya ha sido dañado. Queremos que se alivie la miseria extrema que muchos millones de seres humanos sufren. Queremos que cambie el curso actual de nuestra civilización donde estas crisis siguen empeorando en lugar de mejorar. Queremos que se revierta la transformación progresiva de la belleza de la vida en fealdad, que está ineludiblemente asociada al desarrollo económico.

En nuestra vida personal. Queremos, también, tener una vida armoniosa, común y corriente, en abundancia, tal y como es, para compartir con nuestra familia y quienes nos rodean. Queremos libertad. Queremos una casa propia. NO queremos vivir para trabajar, NI TAMPOCO trabajar para poder vivir: Queremos estar enamorados de nuestra ocupación o trabajo, y no ser esclavos. Queremos vestir a nuestros hijos, cultivar sus sueños y los nuestros. Queremos disfrutar, comer bien, pasear, tener vacaciones, invitar amigos, perder la noción del tiempo en momentos de silencio junto al mar…

Todas estas cosas que queremos, están en aparente conflicto con el sistema económico actual, en cualquier parte del mundo. La frase Seamos realistas es clave porque en el Taller desmenuzamos el origen profundo de esta crisis o colapso civilizatorio que estamos sintiendo. Un origen profundo que es de naturaleza cultural-neuronal: es aquella narrativa implícita de la SEPARACIÓN, que es incluso biológica en nuestras neuronas, que nos hace ver LA VIDA de una manera particular sin ser conscientes de ello. Seamos realistases también darnos cuenta que las alternativas propuestas desde la misma narrativa de la Separación no logran constituir una solución: No Se Puede Desmantelar El Sistema Usando Las Mismas Herramientas Con Que Fue Construido (“you cannot dismantle the masters’ house using the masters’ tools”).

Hagamos lo imposibletiene que ver con despertar la pasión más profunda de nuestra alma, la que por siglos ha sido encerrada en la jaula de lo “posible”. Pasión que se libera cuando somos profundamente realistas.

La Economía Externa es un reflejo de la Economía Interna”. Por ejemplo, si adopto una mentalidad de escasez esa es la realidad que genero a mi alrededor. Esto es reconocer que los cambios externos pasan por cambios internos. En otras palabras, que la sanación de nuestra economía no es un tema de mejorar el diseño ingenieril de nuestras relaciones económicas, sino que está íntimamente vinculada con la sanación de todo nuestro Ser. Así como nuestra economía está separada, nuestro ser está también ilusoriamente separado. Desbloquear los límites que nos separan es parte fundamental del Taller: “Expansión del Ser Separado hacia el InterSer”.

“Aceptar todo tal y como es para que pueda cambiar”. Quisiéramos que algo de gran magnitud en el mundo cambie, para el bien de la vida en todo el planeta y también para nuestro propio bienestar. Sin embargo, los cambios radicales que soñamos no se rigen por nuestra voluntad o nuestras intenciones. La única manera de que algo cambie profundamente es aceptándolo, es liberar de la expectativa de que cambie. Una hermosa paradoja. Este es un trabajo de aceptación que hacemos a nivel individual y colectivo durante el Taller. Básicamente, nos hacemos íntimos amigos del sistema tal y como es, para que pueda cambiar sin exigirle que cambie. Es parecido a hacerse amigo de alguien drásticamente diferente a uno. Es hacerse amigo, en realidad, de una parte de uno mismo que uno rechaza.

2) METODOLOGÍA

El Taller tiene una duración de dos dias completos. Esto permite olvidar nuestras preocupaciones y ritmos rutinarios, entrar en un ritmo diferente y en una dinámica colectiva que favorece la apertura de espacios del Ser para así explorar el terreno desconocido de la Economia Sagrada. El mensaje primordial de este taller se teje más allá de la mente racional, no se trata de una mera entrega de conocimientos. Para que algo valioso pase necesitamos entrarle de corazón abierto, que todas y todos estemos dispuestos a desaprender para permitir que verdaderos aprendizajes puedan surgir. Por eso necesitamos cultivar una confianza, una intimidad, una vulnerabilidad, una vibración entre todos. Esto lo trabajamos a través del rezar que nos integra como una parte esencial del universo, conectados; y de ejercicios de meditación y dinámicas corporales donde vamos descubriendo la economía sagrada dentro de nosotros mismos, individual y colectivamente.

De esta manera, ningún taller es igual a otro. Al darle espacio a lo desconocido, algo genuinamente nuevo siempre emerge, dependiendo de lo que cultivamos entre todos.

En primer lugar, desarrollamos una descripción simple y verdadera del sistema económico actual, el cual llamamos la Economía de la Separación. Evidentemente, la Era de la Separación es una dolorosa etapa en la historia de la humanidad que está llegando a su fin.

En segundo lugar, cultivamos un entendimiento esencial de la Economía de la Reunión. El énfasis va en aquellos aspectos relevantes para nuestras vidas cotidianas mientras transitamos desde la Era de la Separación hacia la Era de la Reunión. Fundamentalmente, alinearemos la lógica de la mente con la verdad que siempre ha estado en el corazón.



3) HOJA DE RUTA
  • En el principio estaba el regalo.
  • Economía esencial. Dinero y sacralidad.
  • La narrativa cultural-neuronal de la Separación. La concepción del Ser Separado. La Racionalidad Separada (inteligencia femenina v/s masculina).
  • Cultivar Narrativa del Inter-ser. Revalorar lo pequeño. Despacio que hay apuro.
  • Economia Externa: El problema con la propiedad.
  • Crecimiento económico y agotamiento de nuestros Comunes (patrimonio natural, social, cultural y espiritual)
  • Dinero como deuda y lógica del crecimiento económico
  • Colapso (más que crisis) de la civilización 
  • Economía Interna: la obsesión con la "eficiencia" (Hacer rápido. Varias cosas a la vez. Impacto medible y grande). 
  • La obsesión con la seguridad.
  • La programación de la escasez v/s la abundancia de la vida.
  • La generosidad genera. La generosidad de Dar; la generosidad de Recibir.
  • Las eventualidades económicas que nos disgustan. Por ejemplo: el auto se descompone inesperadamente; el mate sube de precio al doble y ya no lo quiero comprar.
  • Economía y género: matemáticas financieras masculinas v/s matemáticas financieras femeninas
  • Carencia como adicción. Suficiencia como actitud interna.
  • El Matrimonio entre la Suficiencia y la Abundancia.
  • Descubrir la abundancia adentro de la escasez.
  • La Economía del Regalo.
  • El Dinero en estos tiempos de crisis.
  • Inversión sagrada.
  • Sustento correcto y trabajo.
  • Vivir la indignación. Luego ir más allá de la indignación.
  • Pararse en la frontera de la propia valentía.
  • Lo barato cuesta caro: ¿Necesitamos mayor Control?
  • La imposibilidad de evitar por completo la participación en la destrucción: ¿Qué es lo más hermoso que puedo yo hacer?
  • La obsesión por mejorar lo externo / lo interno.
  • Nutrir el Regalo único, especial, misterioso que cada uno de los presentes tiene para entregar a la vida. 
  • El Mundo Más Hermoso Que Nuestro Corazón Sabe Que Es Posible.

Esta es, en realidad, una invitación a una experiencia colectiva de transformación, de expansión del Ser, dirigida especialmente a quienes estén dispuestos a entregar su más elevado Regalo para la creación de un mundo hermoso. 

Para una introducción a la visión de la Economía Sagrada, ver este link.

Video Presentación del Taller aquí.

A quien esté interesad@ en organizar un Taller de Economía Sagrada en el lugar donde vive: Escríbanme a felipe.mardones4@gmail.com. Yo encantado de que me inviten.

Felipe Mardones
Economista PhD University of Chicago

martes, 26 de julio de 2016

EL HERMOSO LABERINTO DE LA ABUNDANCIA


Muchos amigos, muchísima gente por todas partes está sencillamente interesadísima, preocupadísima, y a menudo angustiadísima por tener más dinero del que tiene. Sin ir más lejos, es evidente el enorme interés que están teniendo los esquemas tipo “flores de abundancia” o “telares” (ver post Respecto de la ‘Flor de la Abundancia’). Existe un ansia por abundancia, por dinero en particular, que no está bien conducida. 

Yo también estoy interesado en tener más dinero del que tengo. En los últimos años, diría que cada vez tengo menos dinero, cada vez tengo menos angustia por ello, y cada vez vivo más en abundancia (una de tantas paradojas). Pero a veces todavía tengo angustia. Cómo podría no tenerla, si el mensaje que tengo para dar es una tremenda paradoja: por un lado, el sistema actual necesariamente, matemáticamente es incompatible con la riqueza monetaria para todos (qué cosa más deprimente que escuchar eso, ¿verdad?). Y al mismo tiempo: el mensaje de que la vida ES abundancia. Ambas verdades coexisten.

El mensaje de que el dinero está asociado a la destrucción de la belleza: ¡ES VERDAD! (si alguno de Uds. a veces lo ha sentido). (Ver post Introducción a la Economía Sagrada para una comprensión introductoria acerca de la institución actual del dinero). Es natural sentir culpa, asco o vergüenza con el dinero. Habiendo sentido la verdad de todo lo que significa el dinero, uno se libera y puede abrirse a recibir toda la abundancia de la vida, incluido el dinero, sin culpa. Así es, hoy día voy a conversar de paradojas.

Dije que estoy interesado en tener más dinero, pero me pregunto ¿lo quiero de verdad? ¿Lo necesito de verdad? ¿Para qué lo quiero? Preguntas que dan para mucho. ¿Amo al dinero de verdad? Pues la verdad en este instante es que no lo amo. Cómo puedo amarlo si parte fundamental del mensaje que comparto es que la institución del dinero tiene que cambiar… Amarlo significaría en mi corazón amar la narrativa del progreso que está extinguiendo al Rinoceronte Blanco del Norte (ver el post En El Rinoceronte Todo), que está agotando la Selva Amazónica, que está dejando sin hábitat al Jaguar, que está dejando a mis hijos cada vez con menos playas limpias, menos momentos de silencio, menos vertientes de agua pura… (Ver post ¿Cuando Detendremos la Destrucción de la Naturaleza?).

O bien, ¿puedo aceptar el dinero tal y como es para que pueda cambiar? -Aceptar todo tal y como es para que pueda cambiar-.

Aceptar plenamente el dinero es, para mí, exactamente equivalente a aceptar todo tal y como es. Y declaro con fuerza que no haré absolutamente ningún esfuerzo en aceptar todo tal y como es. [Intentar “mejorarme a mí mismo” fue lo que más sufrimiento me trajo en mi vida]. A lo único que quiero “aceptar tal y como es” es a mi mismo. En este momento abrazo esta paradoja, esta contradicción con mucha alegría en mi corazón, sin ninguna necesidad de solución. Y, extrañamente, sin intención de por medio, me siento un poco más cerca de aceptar todo tal y como es.

Existen múltiples reflejos de esta ansia colectiva por tener más dinero. Varias personas que se acercan a mis talleres de economía sagrada tienen como motivación fundamental la pregunta "¿cómo le hago para tener más dinero?". Y yo me pregunto: ¿qué puedo contestar a esta pregunta? Precisamente es por eso que estoy escribiendo este ensayo. 

Fue así que me enteré del señor Fernando Blanco, muy popular en California, que se dedica a enseñar básicamente cómo se hace para tener más dinero. En su página web “Curso Blanco para Prosperar”, se dice que “todo ser humano está obligado a tener una de estas dos cosas: o tiene dinero, o tiene excusas de porqué no tiene dinero”. En este tipo de mirada, la falta de dinero se debe a una falta de actitud (realmente quererlo), y específicamente a una falta de conocimientos técnicos que uno debe tener si quiere ganar dinero (conocimientos que por cierto es posible adquirir tomando dicho curso). Claramente, esta mirada es parte de la narrativa de la Antigua Historia, donde son los conocimientos, la educación, la ciencia, el control sobre uno mismo y sobre las fuerzas de la naturaleza y la adversidad, lo que resuelve nuestros problemas. Evidentemente ése ya no es el caso.

Si uno realmente entiende el sistema económico actual, entiende que es un sistema matemáticamente equivalente al juego de las sillas musicales, donde cada vez que se detiene la música alguien se queda sin silla. Y la “música” está deteniéndose cada vez más seguido en estos tiempos: las crisis financieras son cada vez más frecuentes. Cada vez que hay una crisis financiera, alguien (persona, institución o país) cae en bancarrota. Por ejemplo, alguien pierde su casa. El banco la remata y otro la compra. Resultado: hoy en día cada vez menos gente es dueña de su propia casa (mayoría rentan y proporción va en aumento), y las propiedades se van acumulando en cada vez menos manos. Es decir, unos pocos se van enriqueciendo. ¿Problema de avaricia? ¡NO!, el problema de fondo es que el dinero es emitido como deuda y ello exige crecimiento económico, y sencillamente hoy en día queda en el planeta menos y menos posibilidad de crecimiento económico.

Es cierto, la pobreza y la desigualdad son endémicas en el sistema. No se pueden resolver con políticas públicas, ni tampoco es un tema de corregir intenciones, actitud o conocimientos.

[Gracias a Sebastiao Salgado por esta fotografia]

Y al mismo tiempo existe una magia de la vida, una abundancia que está por encima de la métrica, de la lógica lineal. Existe el dar, el regalar desde la confianza en la generosidad de la vida (no desde el ameritar). Existe un abrirse a recibir, que es llenarse de amor a uno mismo. Existe ese misterio, lo estoy viviendo yo mismo con mi familia. Como dije antes, cada vez tengo menos dinero y cada vez vivo con más abundancia: tengo zapatos nuevos, tenemos auto, tomamos mate importado, y cada vez compartimos más sin reparar en la “justicia” de nuestro compartir, o sea cada vez un poco más relajados y sin condicionar en lo que recibimos a cambio. Es mi mujer Javiera la que más me ha animado a abrirme a dar y recibir, simplemente porque como mujer ella sabe lo que es hermoso y lo que es feo (Gracias mi amor).

Una curiosidad. Al escribir el párrafo anterior, donde menciono la abundancia que poquito a poco, día a día, vamos viviendo en mi familia, imagino a la gente que viene a mis talleres a veces. Los imagino diciendo “ah que bueno, Felipe ya vive en abundancia. Qué alivio. Entonces eso significa que puedo hacer un aporte más pequeño para el taller de economía sagrada”. Casi borro el párrafo anterior por esta razón. Tendemos a pensar que nuestra abundancia personal depende de dar menos: que si doy menos a otros me queda más para mi. ¿Se fijan como la noción de abundancia basada en la concepción del ser separado es contraria al compartir? El ser separado tiene un haber personal, y cuando da se queda con menos. La noción de abundancia en la concepción del inter-ser no se trata de qué y cuánto tengo yo, sino lo que co-tenemos, lo que tenemos y compartimos todos. Más profundamente, siento que nuestras nociones de abundancia pueden cambiar de muchas formas inimaginables.

-Aceptar todo tal y como es para que pueda cambiar-.

Hace poco ví el video “Ordenes de la Abundancia”, donde Brigitte Champetier des Ribes es entrevistada acerca de la abundancia desde la perspectiva de las constelaciones familiares. A pesar de que la mirada de la Economía Sagrada es bastante diferente a la mirada de Brigitte Champetier des Ribes, decidí escuchar, abrirme y preguntarme qué puedo aprender. Me he dado cuenta que si me desplazo hasta el lugar desde dónde otro esta mirando, puedo entender porqué ve las cosas cómo las ve, puedo ver más o menos como el otro ve. Todo ser humano tiene algo valiosísimo que aportar. La mirada de Brigitte y las constelaciones me parece muy interesante, muy sanadora, y pienso además que es representativa de un amplio espectro de miradas acerca de la economía desde la consciencia. Por eso me dieron ganas de compartir algunas reflexiones en este blog, moviéndome a través de mis propias búsquedas internas.

Permítanme recoger algunas de las cosas que Brigitte Champetier des Ribes expresa. En primer lugar, dice Brigitte que el dinero es una energía de agradecimiento, que nos llega cuando servimos a otros, cuando damos, cuando amamos a aquellos que son difíciles de amar. El dinero representa para ella un intercambio que ocurre de manera proporcional a un servicio. La abundancia viene en un clima de agradecimiento; si uno está a disgusto con la vida no puede haber una respuesta del universo.
Los problemas con el dinero o la abundancia son, en esta mirada, un reflejo de algo del pasado que no ha sido asumido. Por ejemplo una deuda es un modo sistémico de pagar por una culpa no asumida de un ancestro (a veces nuestra). Ello genera una actitud que no permite que el universo sea generoso con nosotros.

Agrega que las personas con dificultades de dinero han abandonado la gratitud a la vida, no tienen respeto o amor al dinero, entonces el dinero sencillamente se aleja. Si, en cambio, acepto la vida como es y agradezco lo que me toca y poder servir, entonces la vida misma me lo agradece: estoy en el disfrute de la vida.

Reconoce Brigitte Champetier des Ribes que existe una creencia de que el “dinero es malo”. Sin embargo, desde la mirada de que el dinero es simplemente una energía de intercambio, eliminar el dinero no significa eliminar la energía de intercambio. En otras palabras, que da igual si se llama dinero o de otra manera: sigue siendo la energía de intercambio.

Bueno, en primer lugar, siento que tiene su importancia, tiene su lugar, ver el dinero tal y como dice Brigitte, como una energía, desde la paz, desde la gratitud. La verdad vale la pena mirar todas las cosas, inclusive la basura, las bombas nucleares y el propio ego, desde la pura paz y el puro agradecimiento. Me tocó en lo profundo, siendo yo un activista por el cambio radical de nuestra civilización y sistema económico, escuchar la frase: “Aceptar todo tal y como es para que pueda cambiar”, como la paradoja fundamental. Una frase que no es nueva, y que generalmente aplica a lo personal. En mi experiencia, cuando he visto algo de mi mismo que no me ha gustado, y he querido cambiarlo con mi voluntad y esfuerzo, el resultado no ha sido el esperado: el remedio es peor que la enfermedad. Los cambios profundos en realidad no ocurren por medio del esfuerzo por “mejorarse”, sino por medio del amor, la paz, la aceptación.

Así que, querida Brigitte, gracias porque de sus palabras de su corazón, siento un llamado que llega hasta mi ser, a aceptar el dinero tal y como es. No es un pequeño llamado el que Ud. me hace, porque para mi es el mismo llamado, sin diferencia alguna, a aceptar la extinción del Rinoceronte Blanco del Norte, a aceptar la destrucción del Amazonas y una serie de cosas que me entristecen mucho. Una serie de cosas con las que tengo mucho apego, a la vez, como todas mis urgencias para que el sistema cambie, para que nuestra cultura de separación cambie. Imagínense lo absurdo que soy, cuando despliego mi bandera de que “tenemos que construir una cultura de inter-ser que reemplace nuestra cultura de separación”. ¿Qué puede haber ‘más separado’ que tratar de cambiar una cultura de separación?

-Aceptar todo tal y como es para que pueda cambiar-.

De regreso a la mirada de la Economía Sagrada, el dinero no es solamente una energía o forma de intercambio. Es también una institución social, que nace de una narrativa de progreso. Que es reflejo de una cultura interna o arreglo neuronal colectivo. No es solamente una forma de intercambio porque toda moneda oficial es emitida como deuda, y como tal, obliga al crecimiento económico. Por ende, detener la destrucción de la belleza de la vida es incompatible con la institución del dinero que tenemos hoy en día. Lo voy a repetir para que se escuche bien: Detener la destrucción de la belleza de la vida es incompatible con la institución del dinero que tenemos hoy en día (Ver los posts Introducción ala Economía Sagrada y ¿Cuando Detendremos la Destrucción de la Naturaleza? para entender este punto fundamental). He aquí la gran paradoja, lo que hemos de aceptar.

Y, dicho sea de paso, una institución diferente de intercambio -un dinero diferente-: no es un tema de mejorar la ingeniería de su diseño. No se trata de imprimir dinero sin deuda y ya. Es necesario primero un cambio de cultura, de arreglo interno de neuronas, que reemplace el concepto del “progreso” como meta permanente de la humanidad. Es necesaria una expansión desde el ser separado hacia el inter-ser: una expansión de nuestra mente y corazón. Una nueva institución del dinero sólo podría nacer de una expansión de este tipo, ser reflejo externo de una nueva realidad interna. Porque solo somos capaces de crear lo que somos por dentro. Lo que creamos refleja nuestro estado interno y no nuestras intenciones. (Por eso que insisto tanto que no es un tema de mejorar nuestras intenciones.)

-Aceptar todo tal y como es para que pueda cambiar-.

Pues en realidad que a menudo me he sentido muy absurdo, muy utópico hablando de la necesidad de una nueva institución del dinero, misma que solo podría nacer de una nueva realidad interna. ¿Qué tan convincente puede sonar hablar de una realidad que nunca hemos vivido como humanidad? Entonces, llamo en este instante a la antipoesía: amar el dinero y el sistema actual tal y como es. Un amor que nace con poca sinceridad pero con mucha necesidad, con mucha pasión. Con un abrazo sensual, sí.

Gracias a todas las personas que desde la consciencia llaman a aceptar el dinero tal y como es. Solo les pido, les ruego entonces, que abran también su aceptación a un futuro de cemento y caca de cerdos (ver En El Rinoceronte, Todo), porque no se puede aceptar lo uno sin lo otro. Por mis hijos, para que aquello que aceptemos pueda cambiar, sin pedirle que cambie.

A todos los que sienten dificultad con el dinero, ya sea que les genere asco, rechazo, vergüenza o culpa. Quisiera decirles que tal vez su sentimiento es totalmente legítimo, y no una parte de su ser que es necesario “mejorar”. [Y, ¿por qué no?, revisar qué patrones o asuntos antiguos en nuestro pasado no han sido asumidos, que puedan estar bloqueándonos.]

A todos aquellos que se sienten inadecuados o inadaptados porque no logran hacer suficiente dinero, quisiera decirles: “no es medida de salud estar bien adaptados a un sistema profundamente enfermo” (Krishnamurti). Quisiera decirles: ASÍ ES, es la realidad que todos estamos viviendo: es más fácil hacer dinero participando de la fealdad, de la inercia comercial que ya hay, que co-creando una nueva realidad de belleza.

El movimiento natural que debiese tener el dinero en este momento en la historia de la humanidad, es el de regresar a su origen. El dinero nació y se acumuló por siglos de transformar bosques en celulosa y comunidades humanas en redes de transacciones comerciales impersonales. Es decir, el propósito natural del dinero hoy en día es restaurar los Comunes (nuestro patrimonio natural, social, cultural y espiritual). Es bien simple: no es posible ganar dinero limpiando un río contaminado. ¿Por qué creen que tanta gente que sueña un mundo diferente tiene tantas dificultades para generar dinero?

Y otra pregunta: ¿de verdad necesitamos más dinero? Si uno decide aceptar el dinero tal y como es, teniendo como meta que el aceptarlo traerá más dinero, entonces hay una pequeña trampa: uno no está en la aceptación de que la realidad colectiva sea una realidad de poco dinero. Esa posibilidad también hay que aceptarla.

Se supone que si uno habla de economía y espiritualidad, la palabra correcta es la abundancia. La posibilidad de la escasez, en cambio, es como un tabú, como si fuera una traición de lo Divino hacia la creación… Pero en la naturaleza siempre ha habido desiertos y las poquitas plantas y animalitos que viven en el desierto no parecen quejarse. En la naturaleza siempre ha habido tiempos de sequía por ejemplo. ¿Qué tal si esta etapa en la historia de la humanidad es una etapa de sequía, en la que de plano habrá menos dinero en nuestros bolsillos? ¿Qué tal si existe otra abundancia escondida dentro de la aparente escasez? Al cambiar de mentalidad, nuestras nociones de abundancia y escasez pueden cambiar completamente, impensadamente. Si me dispongo a aceptar el dinero tal y como es, así como la extinción del Rinoceronte Blanco del Norte, ¿por qué no podría aceptar la escasez? ¡De hecho no parece tan difícil aceptarla! De hecho siento que al aceptarla ya cambió, ya surgió una nueva abundancia detrás de la escasez que no se mide con la misma métrica, que no se abarca con las mismas palabras.

Querida amiga Brigitte, gracias nuevamente. Sueño lo mismo que Ud., un mundo donde prime la cooperación por sobre la competencia, para que todos mejoremos y no solo uno. Todo mi apoyo y respeto por su trabajo. De este encuentro virtual colaborativo, me quedo con 2 cosas. En primer lugar, el llamado a Aceptar todo tal y como es para que pueda cambiar. Continuaré abriéndome a este llamado que intuyo valiosísimo. Y en segundo lugar, que mejorar no significa necesariamente tener más dinero (ni tener más dinero significa necesariamente mejorar). Quizás mejorar significa abrazar lo que creíamos que era escasez y en ese abrazo descubrir una nueva abundancia, menos lineal, más misteriosa.

Para no abrigar malos entendidos, no estoy haciendo una apología de la escasez. Mejorar tampoco significa tener menos dinero, ni tener menos dinero significa mejorar. Digamos las cosas como son: quien crea que por tener menos dinero tiene el mérito de participar menos de la corrupción del sistema está viviendo una ilusión, porque en primer lugar, sigue participando igual que el que más. Y en segundo lugar, está viviendo la trampa de pseudo-amarse a si mismo a través de una historia donde se adjudica un mérito, pero en la verdad más profunda mientras uno rechaza algo externo (el sistema), uno se está rechazando a sí mismo.
La única mejora que puedo identificar es la que tiene que ver con derrumbar nuestros conceptos de mejorar, nuestras distinciones de escasez y abundancia, para dejar que una nueva mentalidad pueda emerger. 
Abrazar el misterio. 

Los dejo invitados a la fiesta de matrimonio entre la Abundancia y la Suficiencia: la Danza de Vicente y Alicia.